Fue un día tremendamente estresante en Indianápolis. Por arriba la pole y por abajo, estar en la carrera más prestigiosa de América.
Había muchos nombres importantes en la parrilla, pero nunca se imaginó que Fernando Alonso iba a estar fuera de esta 103º edición, con un McLaren y asociado con Carlin, dos grandes marcas a nivel Mundial.
Pero ahí estaba Juncos Racing, un equipo muy modesto, argentino, que consiguió reponerse de un fuerte revés y de hacerse con la última plaza de la parrilla que te otorga estar en las 500 Millas de Indianápolis.
Con 227,372 millas por hora, Kyle Kaiser dejó fuera a un dos veces Campeón del Mundo de Fórmula Uno, aunque realmente la culpa debería recaer sobre McLaren que ha subestimado esta difícil prueba y ha quedado en evidencia.
Kyle Kaiser dijo: “Sentí que podríamos estar dentro, al dar algunas vueltas sentía que estábamos cerca, me preguntaban, pero no sabía cómo explicarlo”, comenzaba. “Empecé a preguntar si estábamos dentro y escuché gritos, me sentí muy bien”.
“Pero las últimas 48 horas han sido muy duras. Es una locura. Teníamos un buen ritmo con nuestro primer coche, pero tras el incidente todo ha ido cuesta arriba”, finalizaba.
No ha sido una semana fácil para Juncos tras el accidente que sufrió Kyle Kaiser durante la semana de entrenamientos: “Entramos en la carrera, en la edición 103 de las 500 Millas. Después de reparar un coche que se estrelló, el más rápido que teníamos”, decía Ricardo Juncos, dueño del equipo.
“Estábamos siendo muy contundentes y estuvimos cerca de irnos a casa, dimos la vuelta a la situación y han sido 42 horas de trabajo en el coche sin parar, en la práctica lo terminamos del todo. Ahora estamos en la carrera y trabajaremos duro esta semana”, finalizaba Ricardo Juncos en la red social Twitter del equipo.
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