En Red Bull se fueron de vacaciones con una bomba bajo el brazo. Nadie se imaginaba que Alexander Albon iba a ascender al equipo austriaco tan rápido siendo esta su campaña de debut con Toro Rosso.
Ahora tiene de compañero a Max Verstappen, un futuro campeón del Mundo si todo sigue su curso o, mejor dicho, si consigue un coche ganador. A pesar de no tenerlo, el holandés ha conseguido dos victorias con Honda. Esto ha sido el detonante del descenso de Pierre Gasly de nuevo a Faenza.
“No muchos pilotos tienen la oportunidad en F1 de pilotar un coche capaz de ganar una carrera tan temprano, por lo que es una gran oportunidad estar en Red Bull”, decía Albon en un comunicado publicado por Red Bull.
Un reto difícil, ya que quedan ocho carreras y no será fácil estar a la altura de Max: “Sabemos las capacidades del coche y hemos visto lo que Max ha podido hacer este año. Quiero ver cómo es en comparación con lo que estoy acostumbrado, pero al mismo tiempo sé que este fin de semana es mi primera vez sobre él, todavía estoy aprendiendo y mejorando como piloto y definitivamente queda mucho por venir”.
No tiene nada que ver estar en Toro Rosso que luchas en la zona media que estar en Red Bull. Una escudería cuatro veces Campeona del Mundo y con dos victorias este 2019. Luchar con Mercedes y Ferrari no es lo mismo que luchar con Racing Point, Alfa Romeo y compañía, con todo el respeto.
“Sé que una de las principales diferencias será el ruido mediático y la atención generada por este movimiento, pero sigo con los pies en el suelo. Me estoy centrando en el trabajo que tengo que hacer en Spa, escucharé y observaré mucho”, decía al respecto.
A pesar de todo, Albon pide cautela en su primera carrera con Red Bull. Además, no se le da demasiado bien, aunque fue tercero en F2 la temporada pasada: “Spa no ha sido una pista demasiado exitosa para mí, pero logré un podio allí en Fórmula 2 el año pasado, así que no está mal. Además, nunca se sabe cómo será el tiempo”.
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