Pintaba bien la especial para el actual ganador del DAKAR, pero de nuevo una duna le ha dejado sin opciones de llevarse la etapa y además ha tenido que hacer cientos de kilómetros sin dirección asistida, una auténtica locura.
Sainz expresaba como ha sido su día a los micrófonos de TVE: “Muy duro, íbamos con buen ritmo, en el segundo WayPoint íbamos primeros y además con un minuto de ventaja”.
Sobre el incidente que de nuevo le ha vuelto a hacer perder mucho tiempo, dice: “Llegamos a un sitio que la gente recortaba un poco, nosotros seguimos el roadbook y nos quedamos atrapados, el problema ahí fue que los datos no funcionaron, se rompió la bomba que es la misma bomba que la dirección asistida. He ido 230 kilómetros sin dirección asistida, por lo que ha sido muy milagroso llegar”.
Un aficionado enganchó su coche al de Sainz con una cuerda y le sacó de la duna donde había quedado atrapado, pero los daños en su coche no le han permitido dar todo lo que un campeón está acostumbrado a dar.
El madrileño siguió lamentándose: “Cuando la dirección asistida deja de funcionar es durísimo, es como si uno intenta mover con el motor parado el volante y más en las dunas”.
Se marcó el día de descanso el objetivo de ganar al menos una etapa en lo que quedaba de DAKAR, pero la crueldad se está enfrentando a él cada día: “Me gustaría, pero se está complicando. Ritmo tenemos, al coche le vamos rectificando cosas, va a mejor a nivel de suspensiones, pero por unos motivos u otros no podemos rematar”.
Como han hecho muchos pilotos, una pequeña crítica al roadbook, que en muchas ocasiones no señaliza bien los obstáculos, de hecho, también tuvo duras críticas cuando rompió la suspensión tras caer a una duna, día que le dejó fuera de combate: “Este año es como es… a mí personalmente me está costando entenderlo”, finalizaba Sainz.
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