Para la Fórmula 1, ya no es prioridad llegar a Miami lo antes posible. Todo los retrasos y los grandes debates que se están instalando entre los ciudadanos, han hecho al deporte llenarse de paciencia. Así lo ha declarado Chase Carey.
Estados Unidos ha sido el punto de mira de la Fórmula 1 desde la salida de Bernie Ecclestone y la llegada de Liberty Media. Austin está en el calendario, pero querían más y Miami era una gran opción. Ahora mismo, la idea es que evite las calles públicas y que se dispute alrededor del Hard Rock de los Miami Dolphins y que no haya acción en pista en horarios de colegios.
Las protestas siguen en pie, la última durante la final de la Super Bowl. A pesar de ello, la propuesta está aprobado y se dio luz verde para construir el circuito en los terrenos cerca del estadio. En una conferencia en Bakú, Carey ha confirmado que existe frustración, pero que deben de armarse de paciencia porque el proyecto en EEUU es a largo plazo.
“Sabíamos que nos iba a llevar tiempo. Por un lado, sí, está claro que nos está costando más de lo que habríamos esperado. Creo que es frustrante porque hemos empleado mucho tiempo y parece que siempre hay cierto grado de continua complejidad. Creo que la realidad es que EE UU, para nosotros, para que realmente funcione, nos va a costar más de cinco años”, dijo en declaraciones que recoge Motorsport.com.
Aunque hay más opciones. Roger Penske compró el circuito de Indianápolis y es una pista que la Fórmula 1 no visita desde 2007 y Carey admite que hay cierto interés: “Conozco a los Penske, he estado en contacto con ellos, los conocía antes de que comprasen Indianápolis. Pero, de nuevo, no haré comentarios sobre las conversaciones. Soy consciente del interés”.
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