El aplazamiento de varios Grandes Premios debido a la pandemia provocada por el coronavirus provocará pérdidas económicas a los equipos de la parrilla. Las escuderías de Fórmula 1 dejarán de ingresar el dinero que ganarían al correr las carreras, por lo que no podrían compensar su inversión de esta temporada. Esto provocaría que gran cantidad de equipos tengan que mantener el coche de esta temporada para la siguiente. Algo muy sensible con el cambio de reglamento previsto para 2021.
Con el parón por el coronavirus, los equipos dejarían de ingresar fondos de sus tres principales fuentes económicas: ingresos directos, por publicidad y por derechos televisivos. Cada equipo, así como la FIA, ingresa sus respectivos beneficios publicitarios dependiendo de su contrato con el publicista. Situación que cambia con los ingresos directos y por derechos televisivos. Es la FIA la que ingresa todos los beneficios. Sin embargo, aproximadamente el 67% de ellos está obligada a repartirlos entre los distintos equipos. El resto se dirige a cubrir los gastos de carrera y a beneficio de la empresa.
La reducción de los ingresos directos es muy simple de explicar. Estos beneficios se dividen fundamentalmente en dos tipos: La venta de entradas y el merchandising. Evidentemente, si no hay carreras, no hay entradas que vender a la afición. Además de que sino hay afición que compre el merchandising del circuito, tampoco se obtiene gran cantidad de los ingresos en ese sentido.
En cuanto a los contratos publicitarios, en la mayoría de ellos el pago es por aparición. Es decir, por carrera en la que su marca aparezca plasmada en la carrocería de los autos, los monos de los pilotos o en las infraestructuras de los circuitos. Una clausula que les permite dejar de pagar como patrocinadores, ya sea en su totalidad o parte de su inyección económica, si no hay eventos deportivos.
Respecto a los derechos televisivos, las cadenas televisivas pagan por retransmisión. Una situación que provoca que si un Gran Premio no es televisado, la FIA no reciba ingresos por retransmisión. Algo que lleva a otra simple deducción: Si no carrera, tampoco hay nada que retransmitir por televisión y nada por lo que cobrar esos derechos.
Esto no solo perjudica a los equipos por dejar de ingresar los beneficios económicos derivados de estas actividades. El gran problema es que las escuderías dejan de ganar, pero no de gastar. Sus costes de personal siguen activos pese al cese de la competición. Situación que afecta a todos los equipos por igual teniendo en cuenta su presupuesto y sus contratos en vigor. Los equipos grandes tienen mayor solvencia económica, pero también más sueldos que cubrir. Por ejemplo, Haas tiene unos 200 empleados y Ferrari, cerca de 1.000.
Debido a esto, Liberty Media se está planteando si atrasar la implantación de las nuevas medidas una temporada. Es decir, que comiencen a tener vigencia en 2022. La bajada de ingresos de los equipos debido al parón de la competición podría dejarles sin fondos para adaptar su monoplaza a la normativa para la próxima temporada. Dentro de los equipos también se han concienciado de esto. Incluso desde personas como el jefe del equipo Racing Point, Otmar Szafnauer, uno de los más previsores con los palazos de implantación. El rumano ha afirmado que ‘dada la dramática situación, en realidad no hay otra opción’.
Esta decisión provocaría que el equipo técnico de los distintos equipos no se tuviesen que preocupar en desarrollar la mecánica del coche y pudiesen centrarse en mejorar su aerodinámica. Algo que haría más útil el aplazamiento de la aplicación de la nueva normativa. Los equipos contarían con más tiempo real para desarrollar el automóvil. Es decir, no desperdiciarían sus reducidos recursos esta temporada para hacer un prototipo incompleto.
Las escuderías no son las únicas perjudicadas económicamente debido al cese de la competición. Las acciones de Liberty Media han caído en Bolsa estrepitosamente desde inicios de año debido a la expansión del coronavirus. Entre enero y marzo, su precio ha bajado de los 46 dólares a 18’30$.
Sin embargo, de lo negativo siempre puede sacarse algo de provecho. Y es que esta sería la oportunidad perfecta para la FIA de reducir más el límite presupuestario de los equipos. Medida que beneficiaría a la idea de la organización de aumentar la igualdad en parrilla. Esta decisión además podría contar con el apoyo de todos los equipos. Los más humildes estarían a favor ya que les acercaría más al big-three y precisamente Mercedes, Ferrari y Red Bull podrían aceptarla también debido a las elevadas pérdidas económicas que sufrirían esta temporada por el coronavirus.