Durante el pasado miércoles, siete equipos de la parrilla de la Fórmula 1, es decir, todos aquellos que no montan el motor Ferrari, presentaron una queja conjunta a la FIA sobre el acuerdo que habían llegado con los italianos sobre su unidad de potencia.
Hace unas semanas se conoció un pacto secreto entre FIA y Ferrari sobre el motor de 2019, que ya dio mucho que hablar y casualmente bajó su rendimiento a partir del GP de Estados Unidos, es decir, cuando comenzó a sospechar y se presentaron denuncias. Lo único que pedían los equipos era que este trato se hiciera público por el bien del deporte.
En el día de hoy, la FIA ha respondido a los equipos con un comunicado. El organismo comenzó una investigación sobre la unidad de potencia Ferrari, ya que se consideraba que no operaba dentro de las regulaciones técnicas. Evidentemente la Scuderia se opuso firmemente y afirmó que su motor era totalmente legal.
El documento continúa diciendo que la FIA no estaba satisfecha con lo que escuchaban por parte de los italianos, pero que no quisieron involucrarse más debido a la complejidad del asunto. Textualmente dice lo siguiente:
“Para evitar las consecuencias negativas que conllevaría un litigio prolongado, especialmente a la luz de la incertidumbre del resultado de dichos litigios y en el mejor interés del Campeonato y de sus partes interesadas, la FIA, de conformidad con el Artículo 4 (ii) de su Judicial y las Reglas Disciplinarias (JDR), decidieron celebrar un acuerdo de solución efectivo y disuasorio con Ferrari para dar por concluido el procedimiento”.
Seguramente pocos equipos hayan acabado conformes con este comunicado. El tema se prolongará durante varios días, meses e incluso será el día a día en el paddock a partir del GP de Australia. Casualidad o no, Mattia Binotto ya asegurado que el motor de 2020 no es tan potente como el de la temporada pasada.
