La IndyCar ha confirmado que regresará el próximo 6 de junio para competir en Texas. Finalmente, la categoría americana se pone en marcha tras haberse visto obligados a apalzar el inicio de la temporada en el mes de marzo. Además, la organización ha tomado medidas para que los eventos se disputen con total seguridad.
La IndyCar se vio obligada a atrasar su inicio de temporada en marzo. La organización tuvo que aplazar la carrera en San Petersburgo, el mismo fin de semana que se suspendió el Gran Premio de Australia de Fórmula 1. Casi tres meses después, la categoría abrirá el telón a la temporada 2020 en Texas, para disputar el Genesys 300.
“Estamos emocionados y listos para comenzar la temporada de IndyCar en el Texas Motor Speedway. Hemos trabajado en estrecha colaboración con Eddie Gossage. Todo el equipo de TMS y los funcionarios de salud pública en un plan de acción que garantizará la seguridad de los participantes de nuestro evento junto con un emocionante regreso a la competición para nuestros pilotos, equipos y espectadores”, comenta el presidente de IndyCar, Jay Frye.
Eso sí, la carrera esta temporada tendrá un total de 200 vueltas, en vez de las 248 que son habitualmente. Este recorte de kilómetros se debe a que la organización quiere hacer el evento en tan solo un día por motivos de seguridad. La organización de la carrera de Texas ve con buenos ojos esta idea, pues es bueno que se vuelva a competir en el país. Además, aunque el evento sea a puerta cerrada, los aficionados tendrán la oportunidad de seguir la carrera por televisión.
“Estados Unidos necesita deportes en vivo y no van a creer lo que vean cuando el Genesys 300 irrumpa en sus salones en la televisión desde Texas. Uno de los eventos deportivos más importantes del mundo, la Indy 500, ha sido pospuesto hasta agosto por el coronavirus. Por lo que toda esa energía acumulada, anticipación, frustraciones y ansiedad golpearán los sistemas nerviosos de los pilotos”, agrega Eddie Gossage, presidente y director general del Texas Motor Speedway.
