La IndyCar ha confirmado que las 500 Millas de Indianápolis se disputarán el 23 de agosto con el 50% del aforo. Por tanto, aunque el número de aficionados se ha reducido, se correrá con público.
El coronavirus obligó a atrasar la celebración de la Indy 500 al mes de agosto. Hace unas semanas saltó la noticia de que podrían volverse a aplazar si no se podían disputar con aficionados. Sin embargo, la IndyCar ha confirmado que finalmente los fans podrán estar presentes en las gradas, aunque el aforo se reducirá a la mitad.
“Estamos comprometidos a correr la Indy 500 el domingo 23 de agosto y daremos la bienvenida a los aficionados al mayor lugar de carreras del mundo. Limitaremos la asistencia a aproximadamente el 50% de la capacidad del lugar y también estamos finalizando una serie de medidas adicionales de salud y seguridad. Revelaremos los detalles específicos de nuestro plan integral en las próximas semanas”, ha explicado J. Douglas Boles, presidente del Indianápolis Motor Speedway, en un comunicado oficial.
El circuito ya ha comenzado a ponerse en contacto con los aficionados que adquirieron sus entradas para la carrera en mayo para saber si tendrán intención de asistir en agosto. Sin embargo, la IndyCar recomienda que las personas que formen parte del grupo de riesgo se queden en casa.
En las próximas semanas se darán a conocer todas las medidas de seguridad que se llevarán a cabo. Estas serán similares a las que se implantarán en Road America y en Iowa, las dos carreras que se disputarán este mes de julio y que ya han confirmado que tendrán aficionados. Todos ellos deberán someterse a controles de temperatura antes de acceder a las zonas de aparcamiento. En cada circuito habrá puntos de desinfección, puesto que se han reforzado los protocolos de higiene. También se debe mantener la distancia social entre grupos de espectadores.
