Las 500 Millas de Indianápolis serán con público: aforo reducido al 25%

Resalida en la Indy 500 de 2019. Fuente: IMS

En junio, la IndyCar anunció su nuevo calendario para esta temporada 2020 tras la pandemia y una de las grandes noticias era que se mantenían las 500 Millas de Indianápolis, la carrera más popular de la categoría. La nueva fecha para la carrera era el 23 de agosto y quedaba por decidir si la carrera contaría con presencia de público o si, por el contrario, se llevaría a cabo a puerta cerrada.

Finalmente las dudas se han despejado con el anuncio que ha hecho hoy el Indianápolis Motor Speedway conjuntamente con la IndyCar Series: la carrera sigue adelante y se realizará con público, aunque el aforo se verá reducido al 25% de la capacidad total del circuito.

Aún con todo, eso implicaría que los asistentes a la carrera podrían rozar las 100.000 personas. Mark Miles, presidente y directivo de Penske Motorsport, se encuentra contento con la solución a la que se ha llegado, a la vez que asegura que cuentan con un plan agresivo sanitario para evitar contagios en el evento. Pese a todo, pide a las personas que sean mayores de 65 años que se queden en casa y vean la carrera por televisión.

“En junio dijimos que la carrera no tendría más del 50% de espectadores pero, tal como está la situación, hemos decidido que lo mejor es reducir esa cantidad al 25%. Sabemos que estamos ante una situación especial y tenemos un protocolo específico para que no hayan contagios durante la carrera. Pese a todo, rogamos a las personas de más de 65 años que vean el evento por televisión y eso no les supondrá ningún perjuicio en la antigüedad de sus bonos para poder ver la carrera durante los próximos años. Este año no contará”, aseguraba Miles en declaraciones recogidas por la IndyCar.

Algunas de las medidas que se han tomado es el uso obligatorio de mascarillas mientras los asistentes estén en el evento, uso de gel desinfectante y termómetros con los que se les medirá la temperatura a los asistentes al entrar al circuito, reasignación de asientos o prohibición de poder acceder al “Infield” o a las suites de la recta de meta.