El culebrón ha llegado a su fin. Antes del GP de Italia, Racing Point confirmaba que retiraba su apelación y aceptaba la multa impuesta por los comisarios. Tras la carrera, Ferrari hacía lo propio.
El RP20 ya levantó sospechas en los test de pretemporada en Barcelona por ser una copia del W10 de Mercedes, es decir, el coche de 2019. Pero desde entonces hasta el Gran Premio de Austria nadie había puesto una queja formal. En ese punto lo hizo Renault y lo repitió durante varias carreras. Después vino la sanción, una multa y una retirada de puntos del Campeonato 2020.
La FIA aclaró que para 2021 no permitirían las copias, llegó la firma del Pacto de la Concordia y esto hizo que Renault diera un paso atrás, pero después de McLaren y Williams, que también decidieron apelar. Tan solo quedaba Ferrari , tras conocerse que los de Lawrence Stroll aceptaba la sanción, y eso han hecho.
“La colaboración entre la FIA, la Fórmula 1 y los equipos ha producido una serie de actos -enmiendas al Reglamento Técnico y Deportivo de 2021, aprobado por la Comisión de F1 y el Consejo Mundial del Deporte de Motor de la FIA, y Directivas Técnicas- que aclaran el responsabilidades de cada participante del Campeonato en el diseño de los componentes de un monoplaza e implementar procedimientos de seguimiento específicos para garantizar que tanto la letra como el espíritu del Reglamento se respeten plenamente”, se leía en el comunicado que ha subido la Scuderia Ferrari.
Los italianos alaban el trabajo que han hecho los dirigentes para que este suceso no se repita en os siguientes años: “La Scuderia Ferrari expresa su reconocimiento por la puntualidad con la que la FIA y la Fórmula 1 han abordado de forma eficaz un aspecto fundamental del ADN de este deporte altamente competitivo”, comentaban para finalizar.
