Sin esperarlo, Gustavo Menezes ha colado el Rebellion #1 en segunda posición de cara a la salida de las 24 Horas de Le Mans por delante del Toyota #8, mientras que no ha podido con un fuerte Kamui Kobayashi que nada más tenía en mente superar el récord que el mismo impuso en 2017.
El estadounidense marcó una vuelta de 3:15.882, lo que significa estar a cinco décimas del mejor tiempo. Ha sido una gran manera de contrarrestar el problema de motor que tuvieron durante la segunda sesión de libres que les dejó sin participar. “Fue un comienzo espectacular para nosotros con el motor fundido en la FP2. Entré sintiéndome bastante bien, pero no demasiado en el ritmo para armar una vuelta”, comentó para el medio Autosport.
Menezes no estaba con confianza porque no había dado vueltas con neumático nuevo, pero todo cambió al iniciar su vuelta: “Hice la FP4, hice dos vueltas cronometradas y no había conducido neumáticos nuevos, así que no estaba 100% seguro de qué tipo de ganancia de ritmo tendríamos. Pero al dar la vuelta a la curva 1 y 2, mis ojos se abrieron. Pensé, ‘Dios mío, el auto es increíble, es hora de empujar un poco’”.
El sistema de Hyperpole ayuda a los pilotos a no tener demasiado tráfico, esto les ha ayudado a conseguir un mejor resultado: “Fue una vuelta extremadamente limpia y no sé cuánto me quedaba. Estuvo muy cerca de una vuelta perfecta. El equilibrio del coche estuvo ahí hoy. Entramos en la clasificación pensando que estar entre los cuatro primeros sería bueno, y llegamos a la primera fila. Realmente sorprendió a todos, incluyéndome a mí”.
Ahora bien, Menezes ha admitido que la victoria está complicada, no por falta de ritmo, sino por la lluvia que va a aparecer con casi toda seguridad durante la prueba: “Antes decía lluvia toda la noche, ahora parece un poco de lluvia por la tarde y luego despejado durante el resto de la carrera. Tendremos que ver, pero con suerte podemos tener una pista seca y empujar”. El miedo viene por lo sucedido en Spa, que ni siquiera pudieron luchar.
