Este pasado fin de semana, Scott Dixon se podría haber proclamado Campeón de la IndyCar por sexta vez, pero el Chip Ganassi no ha rendido como se ha visto en carreras anteriores. El australiano dijo tras el Harvest GP que estaban obligados a estudiar la situación ante del GP de St. Petersburgo, donde se jugará el título con Josef Newgarden.
Mientras que el de Penske ganaba la primera carrera, Dixon luchaba por el séptimo puesto, pero se tuvo que conformar con el noveno tras cometer un error yéndose por el césped en las últimas vueltas. De cara a la segunda carrera, Scott estaba obligado a remontar de nuevo tras quedar decimoquinto en clasificación, finalmente fue octavo; Newgarden de nuevo estuvo delante, cuarto.
Esto deja la diferencia en 32 puntos, uno está bastante defraudado, ya que esperaba llegar más cerca, mientras que otro está realmente preocupado: “Todavía hay mucho trabajo duro por hacer. Sigue siendo un gran margen, por lo que tiene que liderar la mayoría de las vueltas, los cuatro puntos de bonificación y tenemos que terminar novenos. Pero han sido bastante buenos en St. Petersburgo en años anteriores”, dijo para la cadena de televisión NBC.
La estrategia a dos paradas, que siguieron la mayoría de los pilotos, fue un quebradero de cabeza para muchos. Todo ello por la cantidad de combustible que tuvieron que ahorrar durante los stints. A eso, a Dixon se le sumó que su monoplaza estaba siendo nervioso durante toda la carrera. Por si fuera poco, dañó su fondo plano tras un toque con Ryan Hunter-Reay: “Estuve perdido toda la carrera. Fue por eso que creo que me toqué un par de veces, una vez con Hunter-Reay y otra con Charlie Kimball. Intentamos todo en esta carrera, fuimos rotundos, un doblete bastante básico, así que no había mucho que hacer”.