La de Juan Manuel Correa es una de las mayores historias de superación de la historia del automovilismo. Tras su gravísimo accidente en Spa, y en el que falleció Anthoine Hubert, el ecuatoriano ha luchado contra viento y marea para volver a competir. Y finalmente lo ha conseguido. Será piloto de ART en la F3 la próxima temporada tras dieciséis meses sin subirse a un monoplaza. Juan Manuel Correa y su regreso ha sido, sin duda, una de las mejores noticias que ha recibido el mundo del motor últimamente.
Él mismo es el primero en admitir que, a pesar de mantenerse siempre optimista, veía su regreso “muy lejos”. Pero su perseverancia ha hecho que ese sueño se haga realidad. Ya se ha mudado a Barcelona, donde está acelerando la rehabilitación y ya ha comenzado los entrenamientos de preparación para la temporada.
“Hablamos después del Gran Premio de Bélgica del año pasado y han ocurrido muchas cosas desde entonces. Me he dedicado completamente a poder subirme de nuevo a un monoplaza. Ha sido una odisea, pero me siento bastante bien y con muchas ganas de empezar”, dice el de Quito en una entrevista concedida a la página de la F3.
Correa ha tenido un aparato ortopédico en su pierna durante los últimos catorce meses. Además, se le ha insertado una barra metálica en el hueso, lo que ayudará a una recuperación más rápida. “Me sentí un poco desnudo cuando me la quitaron”, bromea el ecuatoriano. “No ha sido fácil. Me operaron para ponerme la barra y fue un mes con bastantes dolores, pero lo superé. Ya puedo vestirme con prendas normales”.
“Ya puedo hacer lo que quiera con la pierna, mientras el dolor lo permita. Desde entonces la rehabilitación ha sido dura. Ya camino un poco sin ayuda y recorro largas distancias con la muleta, así que poco a poco vuelvo a la normalidad”, confiesa Correa.
En un primer momento, el piloto de ART pretendía volver a la Formula 2, categoría donde participaba, pero finalmente se decantó por la F3. “La temporada de la Formula 3 es más corta, lo que puede venir bien en el caso de que necesite otras intervenciones. Además, era casi imposible encontrar un asiento competitivo en F2, mientras que tenía la oportunidad perfecta con ART”, reconoce el ecuatoriano.
Correa ya estuvo cerca del equipo francés, ya que conoce desde hace tiempo a Sébastien Phillipe y a Frédéric Vasseur. “No fue el único equipo con el que contacté, pero fueron los que más creyeron en mí. Seb pensaba que estaba loco. Creía que me refería a 2022 y no a este año. Pero se tomó la molestia de reunirse conmigo y me dejó explicarle por qué podía volver este año”, confiesa. “Además, es probablemente el mejor equipo de la categoría”.
“Tengo que volver con la mente abierta. Hay muchos interrogantes y tanto yo como el equipo debemos tener paciencia”. Correa todavía tiene que seguir con la rehabilitación y comenzar con los entrenamientos de pretemporada. Aún así, confía en su cuerpo y sabe “lo que pueden hacer las piernas”, por lo que asegura que no tendrá problemas para pilotar. Además, no cree que su monoplaza necesite modificaciones, sino solo “uno o dos pequeños ajustes”.
