La Fórmula E ha sorprendido incorporando en el calendario al circuito Ricardo Tormo de Valencia. Allí, durante los últimos cuatro años, se han vivido los test de pretemporada. Los pilotos ven de forma positiva esta cita, pero esperan algunas modificaciones, aunque será un gran desafío.
El Ricardo Tormo es un circuito totalmente distinto a lo que tiene acostumbrado la Fórmula E. Para empezar, no es un circuito urbano y junto al Hermanos Rodríguez son los únicos trazados permanentes de la historia de la Fórmula E. En algunas zonas del circuito mexicano se han incorporado muros para acercarse a esa filosofía de la categoría y ya se estudian alternativas para Cheste.
Sam Bird, piloto de Jaguar Racing a partir de esta temporada, espera que se añadan barreras para este ePrix. El británico simplemente está preocupado por los límites de pista. “Me interesaría ver si van a crear barreras. Hemos visto los últimos tres o cuatro años en pretemporada… Si hay barreras, entonces tendríamos que cumplir con los límites de la pista. Eso lo haría bastante interesante”, decía para Motorsport.com.
Por otro lado, Jérome D’Ambrosio, que ya no forma parte de esa asociación informal de pilotos que lideran Lucas Di Grassi y Oliver Rowland, espera que se hagan las modificaciones necesarias. “Las modificaciones deben hacerse para hacerlo más Fórmula E, hacerlo más emocionante para nuestros coches y nuestro campeonato”.
“Valencia no es fácil. Probablemente será el más desafiante hacerlo más parecido al ADN de la Fórmula E”. D’Ambrosio defiende que no será fácil acercarse a los circuitos habituales: “Solo tenemos que asegurarnos de que se tengan en cuenta algunos elementos. No será fácil hacer que parezca Roma o México”, finalizaba.
La modificación que se usará en Cheste aún no ha sido desvelada y se espera que hasta dos semanas antes de la carrera, los pilotos y equipos no conozcan el trazado final. Eso supondrá un desafío aún mayor.
