Aunque empezó relativamente tarde en el mundo del automovilismo, Yuki Tsunoda ha tenido una rápida ascensión hacia la Formula 1. Ha madurado y mejorado en cada temporada y no ha tenido miedo de buscar aportaciones de otros. La progresión del japonés ha pasado por debajo del radar, pero el 2020 supuso un punto de inflexión. Los secretos de Tsunoda para llegar a la máxima categoría han sido el trabajo duro y escuchar consejos de quienes sabían más.
“El año pasado mejore mucho en todos los aspectos: mi estilo de pilotaje, mi mentalidad y a cómo me enfrentaba a mi conducción”, confiesa el nipón en Motorsport.com, que afirma que la temporada pasada fue una de las mejores de su carrera. “Al principio ya tenía buen ritmo y podía competir con rivales fuertes, pero no tuve consistencia hasta la mitad del año. Eso hizo que no pudiésemos sumar buenos puntos en las primeras carreras”, se lamenta Tsunoda.
“Pero a partir de mitad de temporada trabaje con un preparador psicológico y hablamos mucho sobre mi actitud antes y durante la carrera. Eso hizo que mentalmente mejorase mucho. Al final del año, aunque no estaba donde yo quería, había mejorado mucho, lo que se notó en los resultados”.
Uno de los puntos en los que el japonés tuvo que hacer hincapié fue en el cuidado de las gomas. “Al principio del año pasado, en los test, tuve muchos problemas para gestionar los neumáticos en comparación con mis compañeros de equipo. Pero trabajé duro y vi carreras de otros años para aprender. Mereció la pena, ya que al final de año recibí el premio Pirelli”, afirma el de Kanagawa.
Tsunoda, que será el primer piloto en correr en F1 nacido en el siglo XXI, siempre ha escuchado consejos de otras personas. Ya en su época de karting, estaba muy atento a lo que su padre podía aportarle. “Mi padre era mi mecánico hasta los 14 o 15 años. Le tengo que dar las gracias por lo que he conseguido, ya que me ha ayudado mucho a la hora de convertirme en un mejor piloto”.
“Una de las cosas que más me aconsejó fue sobre cómo y cuándo frenar”, recuerda Tsunoda. “Me enseñó que el frenado es muy importante a la hora de acercarse a la curva y que puede hacer girar el coche. Y si puedes girar más que los demás, puedes acelerar antes. Lo practiqué mucho en los karts y lo sigo haciendo hoy en día”, afirma. Pero hay algo a lo que Tsunoda se muestra completamente reacio: el simulador. “Me gustan los juegos de disparar. Me estimula mucho y me ayuda a resetear mi mente. Pero no me gustan los juegos de carreras, no me parecen realistas”.
