Romain Grosjean sufrió un grave accidente en Baréin que le dejó lesiones en ambas manos. Le impidió disputar el Gran Premio de Abu Dabi y Mercedes le prometió un test para poder despedirse de la Fórmula 1 como se merece.
El francés ya ha debutado en la IndyCar con buenos resultados, sobre todo su octavo puesto en Barber. El mes siguiente volverá a un monoplaza de Fórmula 1. Será con el W10 de Mercedes, coche con el que Lewis Hamilton consiguió su quinto Mundial, y en el circuito de Paul Ricard, la casa de Grosjean.
Toto Wolff fue quien le prometió esta jornada. Le invitó a Brackley el 30 de marzo para hacerse el asiento, además de pasar tiempo en el simulador para conocer los procedimientos del equipo. El 29 de junio es la fecha fijada para el test, pero dos días antes, durante el Gran Premio de Francia, dará algunas pruebas de exhibición.
“Estoy tan emocionado de volver a subirme a un coche de F1”, comentaba Grosjean para la web de Mercedes. “Será una oportunidad especial para mí y conducir un Mercedes ganador del Campeonato del Mundo será una experiencia única”, continuaba. El ex piloto de Haas cuenta en que momento escuchó la noticia por primera vez.
Estoy muy agradecido con Mercedes F1 y con Toto por la oportunidad. Lo primero que escuché sobre la oportunidad de conducir un Mercedes fue en mi cama de hospital en Baréin cuando Toto estaba hablando con los medios e hizo la invitación.
Toto Wolff argumenta que no le parecía justo que Grosjean terminara su carrera en Fórmula 1 con un accidente y un recuerdo tan horrible. “Estamos muy contentos de apoyar a Romain con esta oportunidad especial. La idea surgió por primera vez cuando parecía que Romain terminaría su carrera activa en la Fórmula Uno, y no queríamos que su accidente fuera su último momento en un coche de F1”.
