Mercedes EQ llegaba al ePrix de Londres ocupando la quinta plaza en el Mundial de Constructores con 113 puntos. La segunda de las carreras jugó en su contra tras el segundo coche de seguridad.
En la primera carrera del fin de semana, Nyck de Vries se subió al segundo escalón del podio tras materializar un adelantamiento sobre Alex Lynn por el interior en la curva 10. Mientras tanto, Stoffel Vandoorne era séptimo sumando buenos puntos para el equipo, un total de 24 ese día.
La segunda carrera no salió como planearon. Todo pintaba bien hasta el segundo coche de seguridad, donde ambos Mercedes iban primero y segundo, de acabar así darían un gran golpe en el Mundial. Pero todo se revolucionó con la bandera verde y Oliver Rowland se llevó por delante a Vandoorne, quien acabó fuera de la zona de puntos.
El belga estaba algo contrariado por lo sucedido. En primer lugar, sacó pecho por cómo había manejado la carrera y añadió lo siguiente: “Para luego perder tantos puntos y perderse otra posible victoria duele mucho. Estos puntos son inmensamente importantes en este campeonato, especialmente en una temporada tan disputada como esta”.
De Vries alcanzó otro segundo puesto que le aúpan al liderato del Mundial con 95 puntos. En cuanto a Mercedes, segunda con 158 puntos respecto a los 165 de Virgin. El doblete hubiera significado ponerse con un total de 188 tantos. Por eso tienen la sensación de haber perdido una gran oportunidad.
“Se siente muy conflictivo, ya que estamos contentos con una pole position y otro podio este fin de semana. Pero al mismo tiempo, existe esta sensación de ‘lo que podría haber sido’ en todo el garaje”, comentaba Ian James, jefe de Mercedes EQ, al término del ePrix.
“Aun así, de alguna manera hemos logrado progresar en la clasificación del campeonato, lo cual es algo positivo de este fin de semana del que podemos estar muy contentos”, concluía un James que mira confiado a Berlín por el ritmo mostrado en esta cita.
