El siete veces Campeón de la NASCAR, Jimmie Johnson, está completando una temporada como rookie en la IndyCar con Chip Ganassi. Como otro de los debutantes, Romain Grosjean, tan solo disputa las carreras en los circuitos callejeros y permanentes.
Chip Ganassi dio la oportunidad al piloto de 45 años para probar los óvalos y de ahí tomar una decisión de cara al futuro. El lugar elegido ha sido el Texas Motor Speedway y han sido un total de siete horas de trabajo. Su compañero Scott Dixon hizo de maestro de ceremonias junto a Dario Franchitti, director de conducción del equipo, y el ganador de las Indy 500 en 2005, Tony Kanaan.
Para Johnson no es nuevo rodar en un óvalo, ya que lo ha hecho durante más de dos décadas, pero realizarlo en un monoplaza como estos es totalmente diferente. La velocidad también es más alta y le ha costado acostumbrarse.
Hoy es realmente mi primer paso hacia la Indy o participar en otro óvalo. Siento que necesito trabajar en cosas que me hagan sentir cómodo con el coche. Necesito más sesiones de prueba en la pista para tomar una decisión, sin dudas más confirmaciones con mi familia, Chip Ganassi, patrocinadores.
Johnson reconoció el esfuerzo que ha hecho el equipo. “Estoy muy agradecido al equipo por darme esta oportunidad y buscar fechas y decir: ‘Oye, vamos a darte vueltas y ver que piensas’ y luego decidir. Un par de días para digerirlo y veré el siguiente paso, si vamos a otro óvalo para dar más pasos”.
En el pasado muchos pilotos sufrían al correr en los óvalos viviendo situaciones confiadas. La segundad ha mejorado considerablemente y eso ha ayudado a Johnson. “A veces las velocidades eran tan altas aquí que muchos pilotos salían mareados. Quería probarlo y experimentarlo, como piloto fue muy importante para mí. La IndyCar ha mejorado mucho la seguridad y las pistas, por eso estamos aquí”, zanjaba el piloto.
