El Gran Premio de Bélgica de 2021 será recordado como la primera carrera de Fórmula 1 que no dio ni una sola vuelta con bandera verde. La tarde de ayer fue un desastre para la categoría reina del automovilismo, que quedó perjudicada por la lluvia y escasa visibilidad de Spa-Francorchamps. Max Verstappen fue el ganador de un evento para el olvido.
La estrella: Sebastian Vettel
En un Gran Premio sin acción, lo más adecuado es valorar algo que no se suele hacer muchas veces, y es la caballerosidad del alemán. Vettel demostró una vez más lo importante que para él es la seguridad el sábado, sacrificando sus propios intereses y pidiendo una bandera roja a la FIA para parar la sesión. Además, estaba en lo cierto, dado que apenas un minuto después Lando Norris tuvo un accidente.
Después del impacto del británico, Sebastian fue a comprobar si estaba bien, algo que no muchos otros pilotos habían hecho en el pasado. El domingo, durante la carrera, fue el piloto que se dirigió con más frecuencia al público y manifestó el desastre que hizo la FIA en la tarde de ayer a la hora de repartir puntos, algo que a él en teoría, le favorecía. Una actitud digna de elogio y aplausos la de Vettel este fin de semana.
El estrellado: Liberty Media
Pensándolo bien, no es la FIA el mayor perjudicado de este Gran Premio. La gestión del evento el domingo fue muy mala, pero al final Michael Masi y el equipo de comisarios hicieron todo lo posible para garantizar la seguridad de los pilotos y se dedicaron a cumplir con las normas. Eso sí, está claro que lo podrían haber hecho mejor.
Por este motivo, el mayor damnificado del desastre de Bélgica es el negocio. Liberty Media ha hecho un gran trabajo en los últimos cuatro años para atraer a más espectadores y en pleno auge de la Fórmula 1, llega esto. Es un golpe durísimo para el negocio y algo que ha podido destrozar años de duro trabajo. La Fórmula 1 ha perdido muchísima credibilidad tras Spa, y lo más probable es que las audiencias bajen en las próximas semanas.
La sorpresa: George Russell
Éste será el único apartado en el que hablemos de méritos deportivos. Russell cuajó una clasificación brillante, quizá una de las mejores de todos los tiempos. El británico clasificó segundo con un Williams (el octavo coche de la parrilla) y superó a Lewis Hamilton con el Mercedes. Fue una actuación espectacular, y gracias al desastre del domingo, acabó valiendo un podio (aunque con la mitad de puntuación).
Russell ha vuelto a demostrar este fin de semana que es digno merecedor de estar en Mercedes al lado de Hamilton el próximo año. El británico ha conseguido su primer podio en Fórmula 1 de la forma más amarga posible, pero es un resultado muy especial para él y el equipo. No obstante, viendo cómo llegó, lo más adecuado habría sido contener en cierto punto las celebraciones.
El duro: La afición
Si hay que aplaudir a alguien, es a todos los aficionados que se desplazaron a Spa-Francorchamps este domingo a ver la carrera. La mayoría de ellos aguantaron durante cuatro horas bajo la lluvia con el fin de ver algo de acción en pista. Desafortunadamente, ese momento nunca llegó.
Además, también es digna de elogio la actitud que tuvieron durante la mayor parte de la carrera, en la que no hubo apenas abucheos y fueron conscientes de la situación. Lewis Hamilton ya dijo que lo más justo sería que les devolvieran el dinero, aunque no está claro que vaya a suceder.
El espectáculo: La FIA
Al igual que en los dos últimos años con el Gran Premio de España, este apartado será en negativo. Lo único de espectacular que hizo la FIA este domingo fue el ridículo, con una gestión realmente mala del evento, al esperar casi tres horas para dar dos vueltas detrás del coche de seguridad. La Federación no respetó ni sus propias reglas y todo acabó siendo un desastre.
Por otro lado, el hecho de haber repartido la mitad de puntos sin haber competido es algo que ha enfurecido a muchos pilotos y a la mayoría de los seguidores de la Fórmula 1. El trabajo de Michael Masi y su equipo no ha sido nada bueno este fin de semana. Todo empezó mal con el accidente de Norris el sábado y el domingo fueron incapaces de lidiar con el caos.
Después de un Gran Premio para el olvido, la Fórmula 1 se dirige a Holanda este fin de semana. Zandvoort regresa a la categoría reina tras más de tres décadas de ausencia y lo hace con la lucha por ambos Mundiales realmente abierta. Territorio de gloria para Max Verstappen y hostil para su máximo rival, Lewis Hamilton.