La Fórmula 1 está buscando cada día soluciones para mejorar el medio ambiente. El deporte no tiene porque tirar a lo eléctrico y así lo demuestran anunciando que crearán un combustible 100% sostenible.
En 2025 se tiene como objetivo presentar una nueva unidad de potencia, aunque lo más seguro que esta normativa se pase a 2026. El Campeonato quiere que ese motor esté mpulsado por un “combustible directo” que sea 100% sostenible, diseñado para ayudar a la Fórmula 1 a logar su objetivo de Zero Carbon para 2030.
Ya la temporada que viene, con la introducción de la nueva normativa, se pasará al combustible E10, una mezcla de 90% combustible fósil y el 10% de etanol. El objetivo de la nueva generación de motores es crear este combustible verde y para ello, la Fórmula 1 está en discusiones para elaborar las cantidades necesarias para el campeonato y luego aumentar la producción para un uso social más amplio.
Este combustible se puede usar en un motor de combustión interna estándar sin ninguna modificación en el motor en sí. Será creado en laboratorio, utilizando componentes que provienen de un esquema de captura de carbono, desechos municipales o biomasa no alimentaria, al tiempo que se logran ahorros de emisiones de gases de efecto invernadero en relación con la gasolina de origen fósil de al menos un 65%.
Los monoplazas serán igual de rápidos, ya que el nuevo carburante igualará la densidad de energía de las gasolinas de combustible fósiles actuales de la Fórmula 1. Al encabezar el desarrollo de combustibles directos sostenibles 100% avanzados, la Fórmula 1 puede desempeñar su papel para lograr un impacto enorme en las emisiones de gases de efecto invernadero del sector del transporte mundial.
Se estima que habrá 1.800 millones de coches en la carretera para 2030, con solo el 8% de esos vehículos eléctricos de batería puros, mientras que los motores de combustión interna seguirán siendo esenciales para los viajes aéreos y marítimos.
