Nico Hülkenberg completó el pasado lunes su primer test con un IndyCar. Tuvo lugar en Barber a bordo del Arrow McLaren SP. Completó más de 100 vueltas y quedó a un segundo del mejor tiempo.
Hülkenberg lleva dos años fuera de la Fórmula 1, un tiempo en el que no ha conseguido un programa atractivo. En 2020 disputó dos pruebas por la baja de Sergio Pérez, mientras que este 2021 es piloto reserva de Aston Martin. Ya se ha hecho a la idea de que la oportunidad del Gran Circo no volverá y busca alternativas.
De ahí este test, que ha conseguido gracias a Arrow McLaren. El objetivo era beneficiarse con el coche y desde el equipo también mostraron su sorpresa con la mejora del alemán. Los británicos buscan a un piloto para un tercer coche parcial en 2022, pero Nico no quiere los óvalos y ese coche disputará las 500 Millas de Indianápolis.
Las primeras horas en el IndyCar fueron complejas para Nico. “Hubo algunas otras cosas aquí, como con la pantalla de aerosol, no entraba mucho aire y tuve problemas con eso por la mañana, por lo que fue un poco difícil y complicado sentirme inmediatamente muy feliz en el coche desde el punto de vista físico”, comentaba para RACER.
“Luego, a la hora del almuerzo, sentí que había progresado bastante y me sentí un poco más en el ritmo, y también los tiempos de vuelta y el rendimiento comenzaron a llegar para entonces”, explicaba sobre su progreso. Admite que debe entrenarse más. “Definitivamente, necesito ir al gimnasio. Puedo confirmar que estos son monstruos. Siempre es diferente cuando lo experimentas tú mismo, pero las cargas de dirección son bastante impresionantes, muy pesadas. Es un coche muy físico”.
Ha pasado un año desde su última vez en un monoplaza, agradable para él volver y sale feliz. “Obviamente, bastante diferente de un coche de Fórmula 1, solo la sensación, la experiencia, el sonido, la posición de los asientos, todo es diferente. Así que tuve que pensar en eso, pero creo que fue un día bueno y exitoso desde mi punto de vista”.
