Por primera vez, Jimmie Johnson y Romain Grosjean se ponían a los mandos del IndyCar en el circuito de Indianápolis. El objetivo era completar el Programa de Orientación de Novatos para disputar las 500 Millas de Indianápolis en 2022.
Este Programa son un total de tres etapas a velocidades controladas para enfatizar la consistencia. La primera de diez vueltas a velocidades de 205 mph a 210 mph. La segunda de quince vueltas entre 210-215 mph, y el segmento final es de 15 vueltas a 215 mph o más. Johnson y Grosjean completaron las dos primeras fases y más de la mitad de la tercera antes de que llegara la lluvia.
La lluvia interrumpió la sesión. Los comisarios de la IndyCar consideraron que ambos pilotos habían aprobado sus pruebas de novatos, a pesar de quedarse a unas vueltas de completar la fase final. Estas se terminarán la próxima vez que estén en el óvalo del IMS, que para Grosjean será en el Open Test del 20 al 21 de abril del siguiente año. Johnson no se ha comprometido aún a disputar las 500 Millas, pero si lo hace, completará su Programa el mismo día que el francés.
Johnson ha estado en el IMS un total de 18 veces, pero con un coche de la NASCAR viajando a 25 mph menos que en esta ocasión. “Creo que es una buena manera de familiarizarse sin la presión, sin preocuparse por aumentar el tiempo de una vuelta y simplemente trabajar en ello. Es muy diferente, pero puedo decir que ni siquiera estoy en el límite del coche”.
Grosjean ya se atrevió a correr en Gateway, pero dice que aún le queda mucho por aprender. “Siento que no es algo particularmente cómodo. No es como un autódromo o un circuito callejero, donde sé qué hacer y sé progresar. No fui tan rápido, pero la vuelta aún fue de 200 mph, lo cual es rápido, pero no parece que sea así”.
