El movimiento de Max Verstappen en Interlagos parece que ha marcado un antes y un después en la Fórmula 1. Una maniobra que en el pasado ha sido sancionada, por sacar a tu rival de pista, pero que ahora la FIA opta por la filosofía de “dejarles correr”.
El neerlandés ni si quiera fue investigando, algo que decidieron en conjunto la FIA y comisarios. Una vez que se hicieron publicas todas las imágenes, Mercedes se aferró a pedir su derecho a revisión por la acción. No buscaban la sanción a Max, ya que daban por hecho que no se abriría una investigación, si no para aclarar las reglas y saber cómo actuar en estas tres carreras que resta en el calendario.
Los pilotos también han mostrado su confusión al conocer la noticia. Charles Leclerc fue el más efusivo explicando que si no sancionaban a Máx, él cambiaría su forma de conducción. Toto Wolff teme que toda esta historia sea un mal precedente para el futuro. “Creo que es un resultado muy sorprendente, porque sin importar cómo se haya juzgado a Brasil, es algo que ya no puede cambiarse”, comentaba tal y como recoge Motorsport.com.
El jefe de Mercedes espera que no haya situaciones similares en las siguientes carreras y teme que los pilotos sean más sucios. “En mi opinión, lo que dice la decisión final es que puedes lanzarte a una curva y arrastrar al otro coche fuera de la línea. Y eso obviamente puede conducir a una conducción bastante más sucia en el futuro. No queremos tener una situación complicada mañana, en Arabia Saudita y Abu Dabi, porque eso sería realmente malo”.
Wolff reconoce que los pilotos están confundidos y más aún después de la reunión que tuvo lugar el viernes. “Creo que todos los pilotos que hablaron dijeron que fue una decisión que también les sorprendió. Obviamente necesitas adaptar tu estilo de conducción a la nueva situación, pero sigue siendo sorprendente para todos los que están en el coche y para nosotros también”.
