Max Verstappen ‘solo’ ha podido ser segundo en el Gran Premio de Arabia Saudí. El neerlandés ha acariciado la victoria durante buena parte de la carrera, pero se ha visto las caras con Lewis Hamilton y su resultado todavía está pendiente de investigación.
Verstappen ha metido la pata en el circuito de Yeda y eso puede tener serias consecuencias para el campeonato. El neerlandés se ha beneficiado de la bandera roja que ha provocado Mick Schumacher, no ha entrado en boxes y eso le ha beneficiado. En la primera resalida ha perdido la posición, pero en la segunda resalida ha adelantado por el exterior a Hamilton y a Esteban Ocon. A partir de ahí, tenía que intentar que sus gomas medias llegaran con vida al final de la carrera y aguantar los ataques del piloto británico.
“Ha sido una carrera llena de momentos. Han pasado muchas cosas con las que no estoy de acuerdo, pero es lo que hay. He intentado darlo todo sobre la pista. No sé si los neumáticos iban a llegar al final. Quería mantener la goma para el final, pero bueno, al final segundo”, ha explicado Max al bajarse del monoplaza.
Hacia la vuelta 40, Lewis ha intentado adelantar a Max, pero el de Red Bull le ha echado de la pista. La FIA le ha obligado a devolver la posición. Aquí ha estado la polémica de la carrera: Verstappen ha ralentizado tanto que Hamilton le ha golpeado por detrás. Después ha tirado, pero finalmente ha tenido que dejar pasar al de Mercedes, no sin oposición.
“Ralenticé, le quería dejar pasar, pero él no me quería adelantar. Nos tocamos, pero no entiendo qué sucedió ahí“, ha afirmado Max, dando su propia versión de los hechos.
Tanto Verstappen como Hamilton tienen que declarar ante los comisarios por el incidente. Las posiciones pueden cambiar e incluso podría haber sanciones para Abu Dabi. De momento, los dos contendientes al título llegarán empatados a puntos al circuito de Yas Marina,
“Se decidirá allí. Esperemos tener un buen fin de semana, pero ya veremos”, ha afirmado Max para cerrar.
