Uno de los principales movimientos que hubo de 2020 a 2021 en la parrilla fue el fichaje de Sergio Pérez por Red Bull, que venía del antiguo Racing Point. Este cambio era todo un desafío para el mexicano, pues pasaba de pilotar un coche muy parejo en concepto al de Mercedes, a un coche totalmente diferente y mucho más nervioso, el Red Bull.
Además de esto, otro de los grandes cambios para Pérez, fue el motor. Pasar de uno Mercedes, que había estado usando durante años, desde 2013, a un motor completamente diferente, el de Honda. Su adaptación al propulsor nipón es algo que el propio piloto ha reconocido como un verdadero quebradero de cabeza.
La principal diferencia entre ambas unidades de potencia es la manera en la que entregan la energía, algo que le costó mucho al mexicano. Esto fue lo que dijo para RacingNews365. “La gente, incluso los pilotos, subestiman el efecto que tiene este tipo de cosas. Conducir con un propulsor diferente hace que todo sea distinto. Es como conducir un coche con otra filosofía. Como cuando cambias de un monoplaza de alto rake a uno de bajo rake.”
“Tienes que aprender nuevas técnicas y lo haces todo de otra manera. No importa cuantas cosas intentara, nada parecía funcionar,” agregó Pérez. El mexicano opina que su compañero Max Verstappen hubiera tenido el mismo problema si hubiera hecho el cambio de motor. “Supongamos que Max se fuera a Mercedes. Es un concepto diferente. Sus tiempos por vuelta son los mismos que los nuestros, pero lo hacen de una forma totalmente distinta”.
El mexicano afronta el 2022 con positividad. A medida que iba avanzando la anterior temporada, el piloto hispanohablante fue mejorando en muchos aspectos. Además, no hay que olvidar que se acerca el gran cambio de reglamento, lo que significa equilibrar las cosas entre todos los pilotos. “Ya tenemos una base sobre lo que trabajar. Ya conozco a la gente y eso hace una gran diferencia. Ser mucho más cercano a mi equipo hace que la situación sea totalmente diferente a la que afrontamos la pasada temporada”.
