Pirelli también tenía muchos datos que sacar en los test de pretemporada de Baréin. Ahora los pilotos han comentado que la degradación sigue muy alta y eso puede ser un problema para la nueva temporada.
Las temperaturas fueron mucho más altas durante los tres días en Sakhir en comparación con España, con temperaturas que oscilaron entre 22 y 39 grados centígrados, mientras que en la pista se llegaron a alcanzar máximas de 48. El viernes fue la jornada más calurosa, mientras que Max Verstappen fue el más rápido de los test con un 1:31.720 con el C5. Unos compuestos que no veremos en el Gran Premio de Baréin, tampoco el C4.
Mario Isola, máximo responsable de Pirelli en la Fórmula 1, dice que los tres días de Baréin les ha venido bien para tener otro tipo de información. “La prueba de Baréin nos permitió recopilar datos adicionales útiles sobre el comportamiento de nuestros nuevos neumáticos de 18 pulgadas en un circuito muy diferente al español en cuanto a trazado, temperatura y características del asfalto”.
El italiano dividió la jornada en dos partes. Esta es su explicación. “Esta fue una prueba que realmente se podría dividir en dos partes: los primeros dos días fueron muy calurosos y ventosos, lo que significaba que no eran tan representativos ya que las altas temperaturas acentuaron la degradación y distorsionaron la imagen real del comportamiento de los neumáticos”.
“El tercer y último día fue sin duda el más importante, gracias a temperaturas más suaves, puestas a punto mejoradas y niveles de degradación mucho más acordes con nuestras expectativas”, continuaba al respecto. Isola, para acabar, dice que no hay aún datos para ver cuanta diferencia hay entre compuestos. “Esto permitió a los equipos concentrarse más en los neumáticos, probando todos los compuestos disponibles para ellos. Todavía es bastante difícil calcular las diferencias de rendimiento entre los neumáticos”.
