El Gran Premio de Azerbaiyán, debido a su larga recta de meta, dejó a la vista los graves problemas de porpoising que tienen algunos equipos, como es el caso de Mercedes.
Lewis Hamilton acabó con fuertes dolores de espalda, aseguró que estará en Canadá, pero ya se verá en qué estado. El británico confirmó también que sufrió mucho más que George Russell, quien fue capaz de subir al podio y estaba como nuevo, aparentemente.
A pesar de todo, el siete veces Campeón del Mundo acabó en la cuarta posición. “Hubo muchos momentos en los que no sabía si lo iba a conseguir. Simplemente si iba a mantener el coche en la pista, porque no sé si lo vieron, casi lo perdí varias veces a alta velocidad”, comentaba Hamilton según recoge Motorsport.com.
El británico se motivaba a sí mismo durante las últimas vueltas en Bakú. “Así que la batalla con el coche fue intensa. Y luego al final, las últimas 10 vueltas hasta la bandera, sólo tenía que intentarlo, me decía a mí: ‘Puedes hacerlo, lo tienes. Ten paciencia’”.
Admitió que vivió una experiencia “muy extraña” a bordo de su monoplaza porque tuvo miedo de impactar con las protecciones. “Hubo muchas ocasiones que estuve a punto de ir contra el muro. Así que eso era una preocupación, en cuanto a la seguridad, a 288 km/h, chocar contra la pared, no creo que haya tenido que pensar demasiado en eso como piloto de carreras”.
Se comparó con Russell y Mercedes parece que le usó como conejo de indias. “Perdí tres décimas y media contra él sólo en las rectas. Tenía una pieza experimental en mi coche, y una suspensión trasera diferente. Así que, en última instancia, fue la configuración equivocada”.
Otros pilotos, como Fernando Alonso, aseguraron tras la carrera que dominaban este fenómeno. “Nuestro coche gestiona bastante bien el efecto de rebote. No lo sentí demasiado en Bakú y nos centramos más en gestionar la degradación de los neumáticos, especialmente de los traseros”.
