El monegasco ha firmado una carrera extraordinaria. Desde el inicio se le ha visto con más ritmo que Max Verstappen, pero es que Red Bull ha sufrido mucha degradación.
Charles Leclerc se ha llevado la victoria en el Gran Premio de Austria, la tercera de la temporada, pero algo que no sucedía desde Australia. Desde hace muchas semanas, el piloto de Ferrari quería demostrar que se habían acabado los problemas con la degradación, que ahora ha sufrido Verstappen.
El monegasco ha tenido problemas con el acelerador, se quedaba un poco abajo, y aseguró tras ver la meta que pasó bastante miedo. Sobre todo, viendo que su compañero dijo adiós a la carrera por problemas de fiabilidad. Por primera vez en su carrera, Leclerc gana sin salir desde la Pole.
“Ha sido una muy buena carrera. El ritmo estaba ahí, hemos tenido una gran lucha con Max. Al final ha sido algo angustioso porque hemos tenido un problema y tenemos que ver lo sucedido con el acelerador. Se quedaba atascado en el 20-30 por ciento”, comentaba en primer lugar el monegasco.
Carlos Sainz abandonó por un fallo en el motor, cuando a Leclerc le venían los problemas. Se ha susto un poco y pensó que podría reproducirse en su coche. “Ha sido más o menos al mismo tiempo y es algo que se me ha ocurrido. Sabía que no era con el motor, solo el pedal que se sentía raro. No volvía a su posición. Por suerte, he llegado hasta el final”.
El ganador en el Red Bull Ring no quita los ojos al otro lado del garaje y espera ver que ha sucedido con Carlos. “Seguimos viendo que tenemos problemas de fiabilidad, debemos mirarlo. Es una pena porque podríamos haber hecho doblete”.
Para concluir, el monegasco asegura que necesitaba demostrar que su Ferrari estaba hecho para ganar carreras. “Lo necesitaba porque las últimas carreras han sido complicadas para mí, para el equipo. Finalmente demostrar que tenemos ritmo, que podemos hacerlo es increíble. Necesitamos empujar hasta el final”.
