La temporada pasada fueron los alerones traseros flexibles y ahora, los fondos planos flexibles, que ayudan a prevenir el porpoising.
Esta nueva polémica no viene de los extremos laterales traseros del fondo que se pliegan, acentuando el sellado del fondo, aumentando la carga aerodinámica y el porpoising, sino del fondo en sí. De ahí que se aprobara el famoso tirante, que en Canadá se quiso duplicar, al menos por parte de Mercedes.
Ahora, los alemanes se muestran sorprendidos al descubrir que algunos equipos pudieran usar un fondo plano flexible y todo apunta a Ferrari y Red Bull. Fue la FIA quien, supuestamente, ha descubierto esto al presentar el Comité Técnico la directiva antiporpoising. Según publica Auto Motor und Sport, al decir que “se efectuarán controles más exhaustivos del fondo, del fondo plano y los patines tanto en lo que a términos del proyecto se refiere como al desgaste”.
La sospecha es que Ferrari y Red Bull, pese a las diferencias en sus conceptos aerodinámicos, pueden estar jugando con la deformación en algunos puntos del fondo para obtener una carga aerodinámica mayor. En otras palabras, pueden aumentar la velocidad de paso por curva. El chivatazo lo habría dado Mercedes.
Según Autosport, la flexibilidad tolerada por la FIA será de sólo dos milímetros, pero algunos equipos pueden conseguir alcanzar seis milímetros. “Nadie tenía ni idea hasta que la FIA sacó el tema en el último Comité de Asesoramiento Técnico. Lo que sorprendió a todos los equipos”, comentaba sorprendido Toto Wollf.
“Lo que está en el reglamento y lo que pretende el reglamento está bastante claro. Es decir, no hay ningún argumento por el que se pueda flexionar más de lo que está [estipulado] en el reglamento. Así que, como mínimo, es una sorpresa, pero más bien un shock”, continuaba al respecto.
Nikolatas Tombazis emitió un borrador de una directiva técnica que entrará en vigor a partir de Paul Ricard. Con esta nueva regla, se endurecen las normas relativas a la rigidez del suelo. El director técnico de monoplazas de la FIA aclaró que el organismo creía que los equipos tenían una “deformación excesiva” del suelo y lo hacían “para conseguir una altura de conducción significativamente menor, y por tanto una ganancia aerodinámica indirecta”.
“Los competidores deberán demostrar el cumplimiento de estas disposiciones mediante una inspección detallada tanto del CAD como de la instalación física. Así como un análisis de elementos finitos”, añadía la FIA.
