Por segunda vez esta temporada, en el Gran Premio de Hungría, a Kevin Magnussen se le enseñó la bandera naranja y negra. A Guenther Steiner no le gustó nada y espera hablar con la FIA antes de llegar a Bélgica.
Esta bandera naranja y negra se enseña a aquel piloto que tiene algún daño en su monoplaza y que puede poner en peligro a otros competidores. Está obligado a entrar en boxes para las pertinentes reparaciones o en peores casos, el abandono. El director de Haas cree que, en las dos ocasiones que Magnussen ha visto esta bandera durante la temporada, la situación se ha exagerado por parte de los comisarios.
La primera vez que en danés se vio envuelto en esta situación fue en Canadá, donde las presiones de Esteban Ocon por radio obligaron a los comisarios a actuar. Su alerón delantero estaba tocado y de soltarse podría haber impactado en el coche francés o quizás no. En Hungría ocurrió algo similar, el endplate estaba inclinado hacia un lado.
Esa parada obligada le dejó decimosexto, mientras que antes estaba luchando por lo puntos. “En Hungría, no había absolutamente ninguna necesidad de la bandera negra y naranja. Se acordó entre los directores de equipo y control de carrera. Se llamaría al equipo y les preguntaría qué pensaban sobre los daños en el coche”, comentaba Steiner en un podcast de RacingNews35.com.
Principalmente, eso es lo que critica el italiano. “Y eso no sucedió, lo que fue muy decepcionante. No tienes la oportunidad de quejarte porque necesitas entrar la próxima vez al pit lane, por lo que no tienes la oportunidad de reaccionar”.
Se pone tarea tras las vacaciones de verano, hablar con la FIA. Está molesto con que hayan acabado con la carrera de su equipo en Hungría, como sucedió en Canadá. “Lo mencionaré después de las vacaciones de verano que esto no es correcto. Cuando inspeccionamos la parte rota, no había ninguna necesidad, no había peligro de que esta parte se cayera o pudiera lastimar a alguien, y destruyó nuestra carrera”.
