Ni en sus mejores sueños Haas esperaba conseguir una pole esta temporada. La lluvia siempre trae sorpresas y el Gran Premio de Brasil es ideal para ello. Kevin Magnussen ha conseguido la primera pole de su carrera deportiva y la primera para un danés en Fórmula 1.
La Q3 comenzaba con la lluvia en el horizonte. Los pilotos pudieron dar una vuelta con el neumático de seco y Magnussen marcó un 1:11.674, que le colocaba primero dos décimas por delante de Max Verstappen. La atención estaba puesta en Charles Leclerc, quien había salido con goma intermedia y maldecía a su equipo por radio.
George Russell se salió de pista en la curva cuatro, salvó la grava, hizo un trompo en el asfalto de la escapatoria y volvió a la tierra. Una bandera roja que paró el crono a falta de ocho minutos, algo que beneficiaba la llegada de la lluvia. Sergio Pérez volvió a pista con neumático intermedio para intentar la heroica, pero ni si quiera empezó vuelta. Lo mismo hizo Lewis Hamilton.
A falta de tres minutos, Magnussen empezó a sonreír y apretar los puños aun dentro de su VF-22. La locura se desató un minuto después, con el danés encima del coche celebrando esta hazaña. “No sé qué decir. El equipo me ha sacado en el momento adecuado. Éramos los primeros en el Pit-Lane y he hecho una vuelta decente y la pole”, comenzaba diciendo para los micrófonos de la Fórmula 1.
Magnussen estaba ya listo para disputar el WEC con Peugeot, pero llegó Haas tras el despido de Nikita Mazepin. “Es increíble, gracias a Gené Haas, Gunther y a todos por esta oportunidad. He vuelto este año después de un año sabático y gracias”, continuaba.
Se le preguntó si esperaba esto al despertarse esta mañana, por supuesto, dijo: “Ni de cerca… es increíble”. Mientras tanto, la estrategia para mañana será la siguiente: “Hay que atacar el máximo, vamos a intentar algo divertido”.
