El piloto de Tennesse consiguió su primera victoria en las 500 Millas de Indianápolis, después de que la carrera se neutralizara a tres vueltas para el final y tan solo se diera una última en bandera verde.
Josef Newgarden no tuvo la clasificación esperada, con un decimoséptimo lugar. La estrategia y las banderas amarillas jugaron a su favor y de la nada apareció entre los cinco primeros. Todo jugó a su favor también en la parte final, aprovechándose de las banderas rojas para mantener abiertas todas sus opciones de victoria.
Con tres vueltas para el final, la carrera se neutralizó con tres vueltas para el final por un accidente de Ed Carpenter y RC Enerson en la recta principal. La bandera verde ondeó a falta de una vuelta y Newgarden pasó a Marcus Ericsson en la primera curva para certificar su primera victoria en Indianápolis.
“Todos me preguntaban por qué no había ganado esta carrera”, dijo Newgarden, dos veces Campeón de la IndyCar, al bajarse del coche. “Te miran como si fueras un fracaso si no lo ganas. Tenía muchas ganas de ganarlo. Sabía que podíamos. Sabía que éramos capaces. Es un gran esfuerzo de equipo, como todo el mundo sabe. Estoy tan contento de estar aquí”, continuaba al respecto.
Newgarden explicó sus emociones al final de carrera. “Solo estaba tratando de permanecer encerrado. Estaba emocionado las últimas 10 vueltas porque sabía que estábamos en condiciones de luchar por esta victoria al final. Sabía que no iba a ser fácil. Sabía que iba a llegar a un tiroteo en la última vuelta, como siempre ocurre en estos días. Lo cual es emocionante, pero estresante para nosotros”.
Penske no lo ha tenido fácil estas semanas, tampoco en los últimos años. Por eso Newgarden se emocionaba al hablar de su equipo. “Solo estoy pensando en todo el trabajo. No puedo hablar lo suficiente sobre el equipo. Trabajaron muy duro todo el mes. Se tarda mucho en llegar a este punto. Estamos aquí durante semanas, trabajando en esto solo por este momento. Eso es lo que lo hace tan desmoralizador cuando no funciona”.
