Paolo Basarri es despedido como responsable de cumplimiento de la FIA

Paolo Basarri
Logo de la FIA I Fuente: Getty Images

Con solo tres Grandes Premios para finalizar la temporada 2024, dos altos mandos de la Federación Internacional de Atuomovilismo han dejado sus respectivos cargos. Siendo Paolo Basarri, responsable de cumplimiento, el último en hacerlo.

El martes 12 se anunciaba que Niels Wittich, director de carrera de la Fórmula 1 desde 2022, había sido despedido. Será Rui Marques, que ocupaba esta función en Fórmula 2 y Fórmula 3, el encargado de tomar su relevo. Dos días después fue Basarri quien ponía fin a su etapa en la FIA. Según informa la BBC, esto se debe a una pérdida de confianza en su trabajo por parte de Mohammed Ben Sulayem, presidente de la Federación. Sin embargo, ninguna de las dos partes ha querido declarar al respecto, como informa también el medio británico.

Para entender el motivo del despido habría que remontarse a 2023. El presidente de la FIA pudo haber intervenido para anular una sanción a Fernando Alonso en el Gran Premio de Arabia Saudí. También, pidió a los comisarios que no dieran el visto bueno al circuito de Las Vegas. El papel de Basarri en toda esta polémica que acompaña a Ben Sulayem es que fue él quien elaboró el informe sobre ambas acusaciones, aunque finalmente el emiratí fuese absuelto.

Esto habría sido motivo suficiente para que el presidente de la FIA optase por despedirle. En este despido, y como reporta el medio citado anteriormente, se ha producido una anomalía. El puesto de responsable de cumplimiento, el que ocupaba Basarri, está administrado por el Senado de la FIA. Por lo tanto, son ellos los que deben valorar su continuidad, algo que en esta ocasión no ha sucedido. Si se echa la vista atrás, ambos cargos no son los únicos en abandonar la federación.

A Wittich y Basarri se unen también: Steve Nielsen, director deportivo, Deborah Mayer, responsable de la comisión de la FIA para la mujer, el ingeniero jefe Tim Goss o Natalie Robyn, directora ejecutiva. Todo esto sucede en un momento en el que las tensiones entre la FOM, la empresa encargada de dirigir los derechos comerciales de la competición, y la FIA ha alcanzado un nivel muy alto. Se refleja, por ejemplo, con el conflicto de intereses relativo a la entrada de un nuevo equipo a la Fórmula 1.