Carlos Sainz ha finaliza la séptima etapa del Dakar en tercera posición. Estaba primero en los primeros compases de la Especial, pero después ha perdido por culpa de la navegación y ha llegado a 7:43 minutos de Sébastien Loeb.
A pesar de tener todo perdido, el madrileño está sacando lo mejor del Audi para ganar etapas y agrandar tanto su historia como la del equipo alemán. El camino a Al Dawadimi iba a ser complicado por el polvo tras su retrasada posición de salida. “Empezamos bien a pesar de salir tan atrás. Al principio era arena, podíamos ir pasando algunos coches y llegamos primeros a la neutralización (de 60 kilómetros a mitad de etapa)”, comenzaba diciendo en su llegada al vivac.
Los problemas de navegación aparecieron después de la neutralización y eso le hizo perder más tiempo. “A partir de ahí, cambiaba el panorama, era una zona con muchos cambios de dirección, con WayPoint escondidos, hubo tres o cuatro veces que tuvimos que dar la vuelta porque no íbamos bien y se nos empezó a complicar la etapa”.
“Nos pasaban coches que ya habíamos pasado y era muy difícil adelantar ahí por el polvo. Un día complicado de navegación, pero contento con el coche, mecánicamente no hemos tenido ningún problema y de ritmo íbamos bastante bien. Poco a poco”, continuaba al respecto sobre ese roadbook que tanta guerra les está dando.
La única forma de mejorar es entender este nuevo formato, que se consigue con más tiempo en pista. “Vamos perfilando poco a poco la navegación, tenemos que ir mejorando nosotros mismos, tanto Lucas como yo para evitar esas zonas de WayPoint escondidos que nos complican la vida bastante”.
