A principios de año Dallara presentó los nuevos paquetes aerodinámicos para la temporada 2018 de IndyCar Series. Sin duda han sido grandes protagonistas del año, elogiados por la mayoría de pilotos, pero… ¿Qué han significado realmente para la competición? A continuación analizaremos la corta historia del chasis UAK-18.
En enero, Honda, Chevrolet y Dallara presentaron los kits aerodinámicos para la temporada 2018 de las IndyCar Series: el UAK 18. Diversos pilotos de tests de IndyCar, entre los cuales figuró Oriol Servià, pudieron dar unas cuantas vueltas con estos nuevos chasis antes del comienzo de la pretemporada.
La principal novedad de estos kits era su simplicidad en comparación con el año anterior. Destacaban por unos perfiles aerodinámicos que hacían de los monoplazas unos coches verdaderamente bonitos para los espectadores, tanto en su especificación de óvalos como de circuitos ruteros.
Se trataba de un nuevo concepto que trataba de alejarse de una fuerte dependencia en los alerones, y se centraba en el monoplaza entero como elemento aerodinámico en sí. Por ello, las alas delanteras apenas estaban conformadas por tres láminas y la trasera, pasaba de tener tres partes a estar formada por una única pieza.
Los pilotos de IndyCar fueron los primeros en valorar esta novedad tras los primeros test. Graham Rahal elogió el concepto aerodinámico tras dar 31 vueltas conél en el test de Phoenix, y Ryan Hunter-Reay afirmaba que el kit provocaba una mayor degradación, lo cual implicaba carreras más interesantes. Matheus Leist afirmó que el nuevo kit se asimilaba al utilizado en las Indy Lights. Tal fue el éxito del nuevo chasis, que Dallara recibió el premio Louis Schwitzer, asociado a la innovación y la ingeniería en el mundo de las carreras.
A medida que se desarrollaba la temporada pudimos ver la evolución del pack. Y no defraudó a nadie. En San Petersburgo, en la primera prueba de la temporada, la carrera fue realmente emocionante. Más de 300 adelantamientos y un accidente a dos vueltas del final fruto de un intento de adelantamiento de Rossi a Wickens. Gran debut del UAK 18 en circuito urbano.
Phoenix destacó por la dificultad para adelantar que ahora conllevaban los óvalos. Lo cual nos dejó una gran batalla entre Robert Wickens y Josef Newgarden a 7 vueltas del final. En Alabama se puso a prueba la resistencia de los chasis con un curioso incidente entre Spencer Pigot y Claman de Melo, en donde uno arrastró al otro por encima de los pianos del circuito pero ninguno recibió daños en el monoplaza.
En Indianápolis llegó el momento de descubrir el rendimiento de la configuración de superspeedway. Fue quizás una decepción para el público, ya que Ed Carpenter y Tony Kanaan se distanciaban del resto y no había grandes batallas como en 2017. Dificultad para adelantar que no impidió contemplar grandes maniobras, como el adelantamiento de Rossi a cinco pilotos por fuera, o una muy parecida de Servià. En definitiva fue una buena carrera, no sin accidentes, gracias a los periodos de bandera amarilla y el duelo a final de carrera entre Servià y Power, que se llevó el australiano.
Quizás el momento más relevante de este kit llegaría en Pocono, en donde su seguridad fue puesta a prueba en el brutal accidente de Robert Wickens. Puede que la seguridad del mismo le salvara la vida, suerte que no pudieron tener Justin Wilson o Dan Wheldon.
Unas semanas más tarde, en septiembre, el coche número #29 de Andretti fue objeto de test en Barber, con la colaboración de Fernando Alonso, el cual afirmó estar encantado con la nueva reglamentación aerodinámica y aseguró que volvería a correr con ese coche tarde o temprano. Este mes de noviembre se anunció su vuelta a las 500 Millas de Indianápolis en 2019.
Como valoración global del paquete UAK-18, podemos decir como aficionados que ha sido un acierto. Las estadísticas hablan por sí solas: casi 9 cambios de líder por carrera de media.
Quizás nos haya dejado mal sabor de boca algunas carreras en ovales como Pocono o la Indy500, en las cuales no se vivió con tanta emoción como en 2017. Más dificultad para adelantar en general, coches un poco más inestables pero que ahora ponen más a prueba al piloto. Ya lo dijo Bourdais: “si Alonso hubiera venido a Indianápolis este año, no lo hubiera pasado tan bien”. Y es que a los pilotos les gusta, pero también a los constructores: al ser chasis unificado no hay que centrarse en su desarrollo, lo cual significa menos gasto económico.
Los aficionados han dado su visto bueno, los equipos también han mostrado su aprobación, y los pilotos están encantados. Las competiciones avanzan con grandes ideas, y la IndyCar ha dado un gran paso adelante. Veremos como evoluciona todo esto, pero todo augura más emoción y adrenalina en el futuro. 2019 será el segundo juicio del UAK-18, pero queda mucho invierno por delante hasta San Petersburgo.
Disfruten de la cuenta atrás.
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