Esta semana ya han comenzado los entrenamientos libres de las 500 Millas de Indianápolis. Alex Palou afronta su segunda participación tras abandonar en 2020 cuando venía haciendo una buena remontada. Esta vez con un coche ganador, con el que ya ha sentido estar en la ‘Victory Lane’.
“Por fin”, decía Palou en su columna en SoyMotor.com sobre el arranque de los entrenamientos de cara a las 500 Millas. Dice que han “dedicado muchas horas” para preparar esta edición que tendrá lugar el domingo que viene. “Aquí todo el mundo es consciente de que ganar esta carrera te cambia la vida y puedes ver que todos los pilotos vamos con una marcha más que en el resto del calendario”.
De momento, en dos días de test, el de Chip Ganassi no ha tenido contratiempos, pero invita a no mirar los resultados que se consigan esta semana. “Ya os anticipo que será difícil sacar conclusiones hasta el día de clasificación. En los entrenamientos no os tenéis que fijar en la tabla de tiempos, sino que os tenéis que quedar con el ritmo del coche y su facilidad para rodar con otros monoplazas y adelantarlos cuando son más lentos”.
Líneas más adelante continuó pidiendo paciencia y reconoce que el trabajo de su equipo se centra en tener un reglaje óptimo para adelantar. “Nuestras prioridades son encontrar el nivel de carga aerodinámica óptimo y tener un set-up que nos permita ir a rebufo y adelantar a otros coches”. En las 500 Millas no es tan importante tener el mejor tiempo en clasificación.
Se siente debutante en IMS
En su segunda intervención en las 500 Millas, Palou reconoce que aún se siente como un rookie, pero con algo más de ventaja. “Yo todavía me considero un debutante en muchos sentidos, sobre todo en los ovales, pero es verdad que este año me siento bastante diferente. Ya no es un viaje a lo desconocido como lo fue en 2020, sino que ahora sé a qué me enfrento y tengo más experiencia”. Su objetivo esta semana es controlar el tráfico.
También, la gran diferencia con 2020, es que ha podido estar más tiempo en las instalaciones de Ganassi. “Lo bueno de que mi piso esté a un tiro de piedra de la fábrica es que he podido estar mucho tiempo con el equipo para preparar la Indy500. Esta vez me he podido personar más en la nave y he pasado más tiempo con mis ingenieros, de modo que siento que lo he podido ver todo con más calma”.
Todo esto con un apoyo muy importante. “Mi pareja y mi padre ya están en Estados Unidos, y la semana que viene aterrizarán mi madre y mi hermana. El año pasado también me acompañaron, pero creo que esta vez podrán disfrutar más de la fiesta porque habrá 140.000 personas en las gradas”.
Sentimientos encontrados tras el GP de GMR
La última carrera de la IndyCar la ganó Rinus VeeKay. El español comenzó mal el fin de semana por una fuga de agua, salió cuarto y luchó con Romain Grosjean hasta que las estrategias y las paradas echaron por tierra sus opciones. “No puedo dejar de pensar que teníamos coche para disputarle la victoria a Rinus. Teníamos un ritmo realmente bueno, pero la estrategia no fue la adecuada y perdimos tiempo en una parada en boxes”.
