Hamilton revela el problema del W13 que llevan arrastrando todo el año

Lewis Hamilton en Austin. Foto: Mercedes AMG Petronas.

Mercedes estuvo cerca de lograr la primera victoria de la temporada en Austin de la mano de Hamilton. El británico llevaba un gran ritmo de carrera y fue capaz de mantenerse cerca de Max Verstappen esperando un error, que acabó sucediendo en la parada lenta de 11 segundos del holandés.

Sin embargo, el bicampeón del mundo recortó mucha distancia en pocas vueltas al heptacampeón y acabó dándole caza a falta de pocas vueltas. A pesar del sabor agridulce de boca del equipo alemán tras este Gran Premio, Mercedes está más cerca que nunca de la victoria y ha progresado a lo largo de la temporada con mucha velocidad.

En los minutos previos a la carrera en tierras estadounidenses, se pudo observar cierto pánico entre los mecánicos que trabajaban alrededor del monoplaza de Lewis. Se les veía trabajando frenéticamente en la parte delantera, más concretamente cambiando las pastillas de freno.

Cuando, tras el buen resultado, el piloto fue preguntado por la prensa por los problemas, estas fueron sus declaraciones. «Hemos tenido problemas con los frenos durante todo el año. Básicamente con la separación». Hamilton detalló algo más el problema. Cuando pisas el freno, en lugar de que ambas fuentes hagan la misma cantidad de trabajo, el izquierdo hace más que el derecho debido a la temperatura. La diferencia de temperatura fue masiva y tuvimos que cambiarlos, ya que básicamente el izquierdo no funcionaba».

«Este efecto lo hemos visto mucho a lo largo del año con estos nuevos tambores, que son más grandes que los anteriores. Es algo en lo que llevamos mucho tiempo trabajando para arreglar», concluyó el siete veces campeón del mundo, según recoge RacingNews365.com.

No está todo perdido para Mercedes y es que en esta tres carreras restantes se jugarán el segundo puesto en el Mundial de Constructores con Ferrari. La distancia es de 53 puntos y viendo el estado de forma de los italianos, todo es posible. En Austin, al menos demostraron estar por delante.