La cancelación del GP de la Emilia Romagna: un mal más que necesario

Fotomontaje MotorTimeES - Jaime Chico Dueñas

El pasado miércoles se confirmó que el Autodromo Enzo e Dino Ferrari no albergará este fin de semana el Gran Premio de la Emilia Romagna. Esta cancelación se debe al tremendo temporal que ha azotado duramente a la región, provocando varias muertes y miles de personas desplazadas.

La historia comienza hace un par de semanas, cuando ya se empezaba a hablar de una previsión meteorológica que auguraba lluvias fuertes en la semana de la carrera italiana. A medida que se acercaba la fecha, la probabilidad no hacía más que aumentar. Ya el martes, los equipos fueron avisados para evacuar el circuito lo antes posible ante lo peligroso de la situación. Las imágenes salían a la luz y no se hicieron esperar las peticiones por parte de los aficionados de actuar cuanto antes. La región de la Emilia Romagna era un caos.

El miércoles amanecíamos con más imágenes sobrecogedoras, que hacían prever que este fin de semana no habría acción en el asfalto. El paddock de F2 y F3 estaba inundado por completo junto al TV Compound, por lo que las previsiones se tornaban aún más negativas acerca de la celebración del Gran Premio. Los rumores sobre la cancelación, en medio de un momento de descontrol absoluto, se hacían mayores.

Crecida del río cercano al paddock del Autodromo Enzo e Dino Ferrari

El anuncio no se hizo esperar más. Pasadas las 13:00 CEST  saltaba la noticia: el GP de la Emilia Romagna había sido cancelado. El evento no se ha podido reubicar esta temporada, Imola tendrá que esperar a 2024 y esta carrera se recuperará en 2026, alargando el contrato actual por un año. La decisión, aunque a los aficionados nos duela, es la correcta por varios motivos.

El primero de ellos, por la complejidad de la situación. Aún a día de hoy sigue habiendo varias zonas de la región inundadas por completo, además de las pérdidas humanas y materiales que este temporal ha ocasionado en la zona. Evidentemente, un Gran Premio no puede disputarse en una situación tan devastadora y alarmante como esta. Por no hablar de la complejidad que requiere poner a punto las instalaciones para albergar un evento seguro. Esto no sería posible sin la ayuda de los cuerpos de emergencia, que actualmente deben centrarse en asistir a los habitantes de la Emilia Romagna.

La segunda razón, aparcando por un momento el panorama exterior a la burbuja de la F1, se halla en los daños dentro del paddock. Hay materiales inservibles o que deben repararse por culpa del agua estancada. Además, no fue hasta este jueves cuando los equipos pudieron acceder al lugar y evaluar cómo de afectados están sus componentes.

Comunicado oficial de la Fórmula 1 sobre la cancelación del GP de la Emilia Romagna 2023 (Fuente | F1)

Además de todo esto, la imagen de la F1 en el pasado se vio manchada por escándalos como este. Catástrofes humanitarias que no impidieron la celebración de carreras en lugares de conflicto o en los que directamente la meteorología no permitía correr. Baréin 2012, Japón 2014 o Arabia Saudí el año pasado son ejemplos recientes de estas situaciones. En esta ocasión se ha obrado correctamente.

Para cerrar, me gustaría romper una baza a favor de los equipos y pilotos de la categoría, que se han implicado con los afectados. Ferrari donó un millón de euros a la causa, Yuki Tsunoda ayudó a evacuar el agua estancada en Faenza y Pierre Gasly quiso recompensar a una fan uruguaya que se desplazó a Italia para verle conducir. Este tipo de actos son los que hacen que, por un momento, recordemos que en una de las categorías más elitistas del automovilismo también caben los actos de humildad y caridad.