Después de recibir una sanción por cambiar el motor, una más durante la carrera y diferentes banderas amarillas que desataron el caos, Scott Dixon remontó para conseguir la última victoria en juego de la temporada.
El piloto de Chip Ganassi vio la meta siete segundos por delante de Scott McLaughlin. Palou terminó en el podio para recibir, con celebración doble, su segundo trofeo como Campeón de la IndyCar. Will Power también se puede ir a casa satisfecho por su cierre de año con un cuarto lugar. Y fue Callum Ilott, sorprendiendo con el Juncos Racing, quien terminó quinto.
Marcus Armstrong se convirtió en el mejor novato del año y eso que no ha disputado todas las carreras de la temporada al no viajar a los óvalos. Volviendo a Dixon, el primer contratiempo que tuvo que superar fue en la primera vuelta, donde cinco coches se quedaron fuera. El propio Scott golpeó a Rinus VeeKay en la segunda curva y se le sancionó con un Drive-Through.
Dixon y su estratega empezaron a pensar las mejoras opciones para remontar desde atrás, como, por ejemplo, ahorrando gasolina e ir a una parada menos que el resto para tener opciones. A todo esto, Palou es quien había liderado 51 vueltas cuando se habían completado 58. A Dixon, lo único que le preocupaba es que el barcelonés hubiera conseguido una ventaja amplia para mantenerse al frente, cosa que no hizo.
Una nueva bandera amarilla salió en la vuelta 58 cuando David Malukas y Devlin DeFrancesco se vieron envueltos en un accidente en la tercera curva, era la quinta precaución. Palou pasaba por boxes una vuelta después y cayó al decimoquinto lugar. Esto le complicó una remontada desde atrás, mientras que Dixon si conseguía salvar la situación y hacer su última parada en la vuelta 65. Fue en la vuelta 76 cuando Dixon dio el salto al liderato, cuando Romain Grosjean hacia su última parada, y se dedicó a abrir hueco.
