Aston Martin ha tenido un inicio de temporada extraño. Las primeras tres carreras del 2024 han dejado un sabor agridulce en Silverstone. Por una parte, el rendimiento a una vuelta ha mejorado significativamente respecto a lo visto hace unos meses.
Al otro lado de la balanza encontramos el ritmo de carrera, faceta en la que el AMR24 ha retrocedido respecto a su predecesor. Así lo confirman sus 25 puntos en el Mundial de Constructores, que por el momento sólo les sirven para quedarse quintos. La esperanza en el equipo británico viene de la mano de la carrera de actualizaciones. Y es que para el Gran Premio de Japón ya se prevé un pequeño paquete de modificaciones para el monoplaza verde.
Aunque, según apunta Auto Motor und Sport, la primera gran actualización vendría en Imola, primera cita europea del calendario. Esto no pilla por sorpresa, ya que desde Aston Martin ya se avisaba antes de arrancar la temporada que su inicio no sería tan espectacular como el visto en 2023. “Estamos en la primera carrera y la evolución del coche no se centra en la primera prueba, sino en mucho más adelante“, dijo Mike Krack a los medios al terminar la cita inaugural en Baréin.
Ya vimos la pasada campaña como un equipo es capaz de resurgir de sus cenizas y evolucionar desde el fondo de la parrilla hasta casi la punta de la misma. Fue el caso de McLaren, quienes sirvieron de inspiración a muchos equipos para no dar por perdido un año nada más arrancarlo.
A estas alturas del 2023, Aston Martin ya había sumado tres podios de la mano de Fernando Alonso como mejores resultados. Actualmente, la mejor posición del asturiano —y del equipo— fue el quinto lugar cosechado en Yeda. Estamos ante la temporada más larga de la historia y la cuestión no es cómo se empieza el año, es cómo se termina. Y si no, que se lo digan a Aston Martin.
