La Fórmula E corre este fin de semana en Japón por primera vez en su historia, concretamente en Tokio. Los pilotos ya han disputado la primera de entrenamientos libres y no están muy contentos con la configuración del trazado.
El circuito de Tokio, situado en el área Big Sight de la ciudad junto a los muelles, tiene 20 curvas y dos kilómetros y medio. Tiene pocas rectas, a diferencia de la anterior ronda disputada en Sao Paulo, bastante técnico y revirado, lo que limita las oportunidades de adelantamiento. Los pilotos creen que la clasificación será clave y adelantar, todo un riesgo.
Norman Nato, piloto de Andretti, asegura que la pista “será un desafío en términos de baches” y ojo que eso pone atención a los accidentes como pasó en Roma. “La clasificación será realmente importante. Este año es diferente en términos de comprensión de los neumáticos, en términos de gestión de energía, ahora todos están más o menos al mismo nivel. En la clasificación de Brasil, se demostró lo cerca que están todos los coches, no hay margen para errores”, añadía el piloto francés.
El circuito que se presentó por primera no presenta una chicane en la curva 16 que añadió la FIA para mejorar la seguridad en esa sección de la pista. Lucas di Grassi cree que han de cambiar el diseño antes de volver a Tokio, que está programado para 2025. “No creo que la pista sea la mejor que podrían haber hecho, pero es la primera. Sabemos que siempre hay que empezar un poco más conservador y luego ir ascendiendo, pero en general es una pista muy técnica”, decía el de ABT Cupra.
La baja velocidad y los baches recuerdan a Nueva York, asegura el brasileño. “Estos coches tienen tanta potencia que necesitamos rectas más largas y pistas más rápidas. El problema es que hay muchos baches y hay cambios de elevación. Con el agarre que tenemos con los neumáticos, tenemos que tener mucho cuidado con cómo aplicas el acelerador. Las chicanes te permiten correr muchos riesgos, porque hay que correr riesgos para ser rápido”.
