Tanto Scott McLaughlin, que acabó tercero, como su compañero de equipo Josef Newgarden, que se hizo con la victoria, fueron descalificados de la cita de la Indycar en St. Peterburgo del pasado mes. El motivo fue por utilizar ilegalmente el Push To Pass en los reinicios de la carrera.
Tras toda la polémica, el piloto de Penske, McLaughlin, emitió un comunicado a través de sus redes sociales. “Ante todo, estoy orgulloso de ser miembro del equipo Penske. En pocas palabras, se cometió un error. Tengo el más alto nivel de integridad y es importante proteger tanto mi propia reputación como la del equipo”.
“No estaba al corriente de la situación. En este caso, utilicé un único y breve (1.9 segundos) de Push To Pass. Pulsé el botón por costumbre, pero no pasé a ningún coche ni gané ninguna ventaja de tiempo. Los datos que tiene la Indycar confirman esta información. Acepto la penalización, pero quiero dejar claro que no gané ventaja sobre mis competidores”.
“La competición de Indycar es la mejor del mundo y no me complacería lograr el éxito de otra forma que no fuera honestamente. Todos seguiremos adelante a partir de esto y nos concentraremos en la tarrea que tenemos por delante este fin de semana en Barber”, concluyó.
Las descalificaciones han dado un vuelco al campeonato. Newgarden era el líder general, pero sin los puntos de St. Pete, ha caído a la undécima posición con 34 puntos. Scott Dixon hereda el liderato del campeonato con 79 puntos. Por su parte, McLaughlin cae a la 29ª plaza, con tan solo cinco puntos tras tener un problema mecánico que le hizo acabar 26º en Long Beach.
