Al salir de Haas, Romain Grosjean tomó la decisión correr en la IndyCar, pero ni oír hablar de los circuitos ovales. Aseguró que su accidente en Baréin le cambió su forma de pensar y por ello ha querido permanecer al margen, hasta ahora, que empieza a cambiar de idea.
La IndyCar engancha y también le está pasando lo mismo al francés. Ha conseguido una Pole en la que va de temporada, debutó con un décimo puesto y en Indianápolis, en el Gran Premio GRM, fue segundo. Por el momento se han disputado tres carreras en dos óvalos este 2021. Texas, con doble cita, y las famosas 500 Millas de Indianápolis.
En ninguna de ellas estuvo Grosjean, pero todo podría cambiar el 21 de agosto, cuando la IndyCar visite un circuito de estas características, el famoso Bommarito Group 500 en Gateway. Según informa la agencia de noticias AP, el francés ya habría firmado su participación en esa carrera. Un trazado cuyas velocidades son muy inferiores a las de Texas o el IMS. Según lo que suceda tomará la decisión de correr las 500 Millas en el año 2022.
“He estado en podios de Fórmula 1, pero nunca había recibido tanta energía y amor por parte de los aficionados. Incluso mi mujer lloró viendo la carrera desde casa. Me dijo que a la gente le ha encantado todo lo que he hecho durante los últimos seis meses. Es algo increíble, es precioso”, ha dicho el francés sobre su estancia en la IndyCar.
Su compañero en parrilla, Conor Daly, ha confirmado, según informa Formula Passion, que era cuestión de tiempo que Grosjean tomara la decisión de correr en uno de los óvalos. “Lo que noté de Romain es que odia ver correr a los demás. No veía la hora de subir al coche durante el mes de mayo. Está abordando el Indycar lo más a fondo posible, y es realmente bienvenido”.
