Si tuviésemos que hablar sobre la última década de la Formula 1 se nos vendría a la cabeza, probablemente, el nombre de una escudería, Mercedes. Los dominadores absolutos durante siete años consecutivos (Campeonatos de Pilotos y Constructores desde 2014 hasta 2021) están teniendo una campaña 2022 alejada de sus expectativas iniciales y del poderío que habían mostrado los últimos tiempos.
Sin victorias y con tan solo una pole position, Mercedes está firmando su peor temporada desde el año 2013, y todo debido a su concepto rompedor del monoplaza, un coche sin pontones que ha acabado rompiendo precisamente sus opciones de pelear por conseguir su noveno Mundial de Constructores consecutivo.
El director de ingenieros en el circuito, Andrew Shovlin, ha comentado a MotorsportWeek que, el concepto dio problemas desde que lo pusieron en pista, pero que desde inicio de temporada progresan de forma adecuada. “Ha sido un camino muy interesante, creo que fuimos demasiado optimistas en dónde creímos poder posicionar el coche. El monoplaza que lanzamos tenía mucha carga pegada al suelo, y había muchos problemas para poder correr”.
En cuanto a la evolución del coche a lo largo de la temporada, y especialmente en las últimas carreras, dijo lo siguiente: “Spa fue interesante, fue ligeramente doloroso en aquel momento. Nosotros hemos dicho en ocasiones que nuestros peores fines de semana son en los que más aprendemos. El aprendizaje que obtuvimos nos da una indicación de hacia dónde debemos desarrollar el coche en un futuro. En Zandvoort esperábamos ser más competitivos, así que fue alentador ver que éramos mejores. El problema tiene su raíz en cómo hemos desarrollado el coche y en cómo funciona como paquete aerodinámico“.
Aunque el equipo germano aún tiene la posibilidad de alcanzar el segundo puesto de la tabla por equipos, lo que está claro es que el desarrollo del coche 2023 debe ser un salto hacia arriba, para poder volver a donde no hace mucho estaban.
