Toyota Gazoo Racing ha tenido que luchar contra su LMH durante toda la temporada. Los ajustes en el BoP y la falta de fiabilidad permitieron a Alpine luchar por el título en la última carrera de la temporada.
La normativa cambió para las 1.000 de Sebring, donde Toyota no pudo activar el sistema híbrido hasta que alcanzara los 190 km/h. Es algo que aprovechó Alpine, con algo más de potencia y mejorando su tanque de combustible, consiguieron la primera victoria de la temporada. Las dos siguientes fueron para Toyota, incluyendo Le Mans, pero en Monza, Alpine volvió a ganar en la mejor batalla de la temporada.
Para la carrera de Fuji, la potencia de los franceses se vio reducida considerablemente. Recuperaron un poco para Baréin, pero no fue suficiente para luchar por el título de tu a tu con el coche #8 de Toyota. Los nipones se llevaron el Mundial, como no podía ser de otra manera, pero en Alpine no están contentos con las formas.
“El resultado es bastante lógico, se merecían esta victoria. Es normal que sean campeones, es solo que la forma en que ganaron fue un poco frustrante”, comentó Nicolas Lapierre, piloto de Alpine, para Autosport.com. “No hubo batalla, eran mucho más rápidos en pista, tenían una mayor autonomía de combustible, mejor velocidad”, continuaba el francés.
Lapierre argumenta que no es la mejor manera de decidir un título que había llegado muy igualado. “Es normal que hayan obtenido este título. Es solo la forma en que sucedió que creo que no fue genial para nosotros como corredor y probablemente para los fanáticos. El espectáculo no fue el mejor. Tenemos que mirar hacia adelante, tenemos que estar contentos con lo que hicimos esta temporada porque lo hicimos bien”.
El piloto del #36 no entró a juzgar los ajustes que se hicieron en el Balance of Performance en las últimas carreras. Admite que tenían claro que Toyota era el favorito para el título, sobre todo tras la clasificación, pero esperaban “algo un poco mejor”.
