A sus 60 años, Carlos Sainz sigue teniendo la misma hambre de victoria que cuando comenzó su aventura en el Dakar y a pesar de tener tres títulos en su bolsillo. Será su segundo año con Audi, con un RS Q e-tron E2 mejorado y más probado en pista.
En la pasada edición del Rally más duro del Mundo fue el madrileño quien consiguió la primera victoria con un vehículo híbrido. Sainz, al igual que el resto de sus compañeros, ya no optaba a la victoria general por los problemas de fiabilidad y constantes averías. Esto dejó en bandeja el cuarto Dakar para Nasser Al-Attiyah en el Toyota Hilux T1+.
Evidentemente, el catarí volverá a ser el máximo rival de Sainz en su decimoquinto Dakar, aunque esta vez con un vehículo muy evolucionado. “Necesitas estar preparado para tener días malos y buenos, no deprimirte demasiado ni estar demasiado emocionado, debes ser fuerte mentalmente, no importa si lo que pasa es bueno o malo, tienes que seguir concentrado y motivado”, comentaba Sainz en un vídeo que publicó Red Bull en sus redes sociales.
Sainz no baja los brazos y espera ser el primer piloto que consiga ganar un Dakar con un vehículo híbrido. “Sigo motivado por estar aquí y ayudar a Audi a lograr su primer Dakar. Obviamente, no es fácil trabajar antes del Dakar en el lado físico, no es lo mismo hacerlo cuando tienes 35 años, 40 o 45 que cuando tienes 60”.
El español lleva dos años participando en la Extreme E con el ACCIONA Sainz XE Team. Un coche que comparte con Laia Sainz. La temporada pasada fueron quintos consiguiendo un solo podio en Groenlandia. Mientras tanto, este año han optado al título hasta la última carrera, pero se tienen que conformar con el tercer puesto en el Campeonato y dos segundos podios a lo largo de la temporada.
