La marca francesa debutó en el WEC durante las pasadas 6 Horas de Monza. Peugeot demostró tener potencial, pero la fiabilidad no ha sido su punto fuerte.
A los competidores del Campeonato de Resistencia se les permite, por el reglamento técnico de la FIA Y ACO, utilizar cinco fichas de desarrollo durante los cinco años de homologación de los coches. “En 2023, incluso si el concepto básico del automóvil no cambiará, tenemos la intención de explotar los comodines autorizados por el reglamento para introducir una serie de evoluciones”, comentaba Olivier Jansonnie, director técnico, según recoge Motorsport.com.
Pero en las primeras carreras, Peugeot se centrará en no sufrir más fallos en su 9×8. “Nuestro plan para los primeros meses del año es simplemente centrarnos en la confiabilidad, el rendimiento y pruebas de resistencia”.
Peugeot comenzará su primera temporada completa en Sebring, el próximo 17 de marzo. El director técnico tiene claro que es un circuito donde “no necesariamente puedes aplicar lo que aprendes allí a los preparativos para las 24 horas de Le Mans”, el gran objetivo de la marca.
Después de desechar la idea de debutar en Le Mans, los franceses decidieron homologar su coche para Monza, Fuji y Baréin, recolectar todos los datos posibles y empezar una nueva temporada a la altura de los rivales, que no serán pocos.
“Correr las tres carreras que hicimos el año pasado fue una parte vital de la preparación para 2023 y antes del regreso a Le Mans. Aprendimos mucho en cada salida. Monza, por ejemplo, le sirvió a nuestro equipo para comenzar a trabajar en condiciones de carrera, dado que algunos de los miembros del equipo no tenían este tipo de experiencia durante más de 10 años”, explicaba Jansonnie.
La fiabilidad sacudió a la escudería en el mítico circuito italiano, mientras que en Fuji fueron competitivos. En Baréin volvió la decepción, por lo tanto “el equipo no pudo concentrarse por completo en sacar el máximo provecho del coche”, cerraba Jansonnie.
