Carlos Sainz ha conseguido su segunda victoria en la Fórmula 1, que significó el fin de la racha de Red Bull y la victoria número 34 para el automovilismo español en el Gran Circo. Esta vez, Ferrari no falló y el madrileño hizo un fin de semana espectacular.
La estrella: Carlos Sainz
Un himno diferente al de Países Bajos ha sonado, por fin, en la Fórmula 1. Hace 15 carreras que esto no pasaba y quien mejor para poner fin a esta racha que un español, Carlos Sainz. Aunque a muchos les duele admitirlo, el madrileño ha hecho un fin de semana increíble, por delante de Charles Leclerc en cuanto a sensaciones y ritmo.
Es algo que ya ocurrió en Monza, pero allí Sainz no pudo pasar del tercer lugar a pesar de hacer la Pole. El español sabe que debe arriesgar mucho para ganarse la confianza de Ferrari y así ha hecho en Singapur, con una gran vuelta en clasificación y una carrera que ha dominado de principio a fin. Tanto la estrategia de Ferrari como la de Sainz en la primera tanda era guardar neumáticos.
Una vez que se desplegó un coche de seguridad virtual provocado por Esteban Ocon, ya no valía guardarse neumáticos porque los dos Mercedes llegaban para luchar por la victoria con un neumático medio nuevo. Sainz jugó con Lando Norris para mantener la victoria, es decir, aguantando al británico con DRS para que George Russell no pasara, ya que era el verdadero peligro. Una victoria que podría cambiar las cosas en Ferrari.
El estrellado: Aston Martin
En los entrenamientos libres se confirmaba que Red Bull iba a sufrir mucho durante la clasificación y la carrera, pero el AMR23 no estaba funcionando como se esperaba. Si había un lugar para soñar por la 33 en lo que restaba de temporada era Singapur, pero el coche ha estado lejos de las expectativas.
Además, Lance Stroll sufría un fuerte accidente en clasificación que le dejaba fuertes dolores en la espalda. El día de la carrera fueron a más y el canadiense no participó en el Gran Premio. Por otro lado, Fernando Alonso consiguió un séptimo puesto en clasificación que, según él, no hubiera mejorado ni tirándose toda la noche dando vueltas.
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Durante la primera parte de la carrera, Alonso se mantuvo en la lucha por el TOP 5, pero el coche de seguridad que provocó Logan Sargeant lo cambió todo. Entró a boxes y pisó la línea blanca de la entrada y fue sancionado con cinco segundos. Cuando Ocon abandonó y se desplegó el coche de seguridad, el asturiano hizo su segunda parada cumpliendo sanción, pero sus mecánicos tampoco estuvieron finos.
Se incorporó a la pista decimoquinto, pero vio la meta en última posición tras una pequeña salida de pista. Después de la carrera se supo que Alonso corrió desde la segunda vuelta con el brazo de la suspensión izquierda roto. Lo peor es que Lewis Hamilton se distancia en el Mundial.
La sorpresa: Mercedes
En la previa del Gran Premio, el equipo alemán fue demasiado cauto viendo las limitaciones que tuvieron en Monza. Desde un primer momento, el W14 se adaptó a la nueva configuración del Marina Bay, en especial George Russell. El joven británico consiguió un segundo puesto en clasificación que dividió a los Ferrari. Con Max Verstappen lejos, todos querían la victoria.
En la salida fue superado por Charles Leclerc, con un neumático más blando, y se mantuvo detrás de los dos Ferrari en el primer stint hasta el coche de seguridad. Es ahí donde ganó el segundo lugar y estaba decidido a luchar por la victoria a pesar de que Sainz estaba marcando un ritmo bastante lento para no desgastar sus gomas.
El coche de seguridad virtual ayudó a los dos Mercedes a montar goma media, esa que tenían nueva a diferencia del resto. Tanto Russell como Hamilton no paraban de recortar terreno con una goma más blanda y mucho más joven que la del resto. Charles Leclerc apenas duró una vuelta delante de los Mercedes cuando llegaron a su altura.
Los pilotos británicos se estancaron detrás de Sainz y Norris, hasta que, en la última vuelta, Russell tocaba el muro e impactaba con las protecciones perdiendo su tercer puesto. De esto modo, Hamilton ganaba una posición para conseguir su quinto podio de la temporada. Después de la carrera aseguró que debe mejorar en clasificación.
El duro: Max Verstappen
Ante las adversidades, el bueno de Max siempre se crece, pero, a pesar de hacer una gran carrera en Singapur, no pudo pasar del quinto puesto. Empezó el Gran Premio en undécima posición —y gracias porque se libró de tres sanciones por impedir a varios rivales— y pronto rondaba las posiciones de puntos.
La baza de Red Bull era alargar el neumático duro, pero un coche de seguridad fastidió la estrategia. No pararon a boxes, cuando el resto si lo hizo, y en la relanzada, Verstappen era una presa fácil. De hecho, ha sido la primera vez que le han adelantado esta temporada. El neerlandés no bajó los brazos y llegó hasta la quinta posición, pero cerca estuvo de arrebatar la cuarta a Leclerc. Además, después de la carrera aseguró que el podio era posible sin ese coche de seguridad que provocó Sargeant.
El espectáculo: Gran Premio de Singapur
Un punto que va a ser bastante breve. Quizás estemos ante la mejor carrera de la temporada porque se vivió una lucha frenética por la victoria. La primera parte de la carrera fue algo aburrida con tanta gestión de neumáticos, pero acontecimientos como el choque de Sargeant o el abandono de Ocon llevaron a una situación bastante emocionante.
A falta de cinco vueltas, los cuatro primeros coches apenas estaban separados por cuatro segundos, podía ganar cualquiera. Al final, la victoria fue para Sainz, pero esto demuestra que, sin Red Bull, la Fórmula 1 puede estar orgullosa del trabajo que está haciendo porque tres equipos lucharon por ganar en la tanda final. Por desgracia, en Japón todo volverá a ser como antes.
