El RB20 ha generado una oleada de inquietudes —y temores— en muchos. El nuevo monoplaza de Red Bull cuenta con grandes cambios respecto a su predecesor. Un alerón delantero más estilizado, pontones inspirados en el W14 de la temporada pasada y la entrada de refrigeración vertical son algunas de las propuestas nuevas del equipo para este 2024.
Todas ellas, eso sí, pertenecen a una misma mente pensante: la de Adrian Newey. A sus 65 años, el británico vuelve a sorprender al mundo de la Fórmula 1. Sus diseños únicos y alejados de lo visto en los otros nueve equipos de la parrilla han descolocado a propios y extraños.
Aunque fue el mismo Newey —en la presentación del RB20— quien se encargó de rebajar las expectativas sobre el mismo a escasos días de arrancar la pretemporada en Bahréin. «Tenemos que seguir presionando. Hemos hecho mejoras en todas las áreas del coche de 2024. ¿Será suficiente? Quién sabe, tendremos que verlo», dijo el ingeniero de Red Bull.
La realidad, por el contrario, nos dice que los austriacos juegan con una ventaja considerable respecto a sus perseguidores. El dominio visto en 2023, según palabras de los propios jefes de la escudería, les permitió enfocar su atención en el coche de este año antes que otras escuderías.
Si fijamos nuestra vista al pasado, podemos comprobar como una simple evolución no quiere decir que el salto en rendimiento sea menor. Ya lo vimos, según informó el propio Newey, de cara al pasado año.
«El RB19 fue una evolución del coche de 2022, fue una sorpresa total en términos de rendimiento y dominio. En ese invierno teníamos en mente que Mercedes había ganado una carrera a final de año y que Ferrari había conseguido el primer puesto en ciertas carreras. Así que pensábamos que la competición seguía muy reñida», concluyó Newey.
Para ver el grado de competitividad del nuevo Red Bull habrá que esperar a los test de pretemporada. Hasta entonces, solo queda elucubrar sobre dónde podrán estar los diez equipos de la parrilla de 2024.