Lewis Hamilton no podrá disponer de la unidad de potencia que falló en el Gran Premio de Australia tras su abandono en plena carrera.
El piloto de Mercedes sufrió unos problemas en los sensores del motor que hicieron que este se apagara y le impidiese, de esta forma, ver la bandera de cuadros en Melbourne. Tras esto, la escudería alemana trasladó la unidad de potencia a sus instalaciones en Brixworth para tratar de esclarecer lo sucedido.
Sin embargo, antes del Gran Premio de Japón, Mercedes descubrió que se trataba de un problema terminal, por lo que el motor no podrá volverse a utilizar de nuevo. Al parecer, la causa del abandono fue un fallo en la parte inferior del motor. Se ha atribuido a un fallo de la calidad de los componentes más que a un error de diseño de las piezas.
Este contratiempo es uno más de los que está acumulando la escudería de las flechas plateadas en este inicio de temporada. El monoplaza no ha dado el salto adelante que se esperaba este año y, además, ha demostrado una especial debilidad en las curvas de alta velocidad.
Aun así, Hamilton trata de ser optimista. “Todo es cuestión de perspectiva. No hemos empezado donde queríamos estar, pero tenemos un largo camino por recorrer aún. El año pasado varios equipos dieron un gran paso adelante a mitad de año, así que puede pasar cualquier cosa”, afirmaba el británico para el medio digital Motorsport.com.
“Hay que seguir siendo positivos y tenemos que enfocarnos en aprender todo lo que podamos. Recopilar datos, centrarse y trabajar duro ser la clave para volver a estar ahí arriba. Yo diría que no se trata de cómo te caes, sino de cómo te levantas. Seguiremos persiguiendo y luchando nuestros objetivos, y ojalá podamos estar luchando en cabeza en algún momento”, concluiría.
